Oiga lo que el Espíritu dice:
Así como muchos no quieren invertir en lo espiritual, la mitad de las vírgenes no quisieron hacerlo. Probablemente, ellas pensaban que la vida religiosa era suficiente. Y despreciaron el Aceite que mantiene el fuego (fe) encendido. (Mateo 25:1-13)
Es muy común, en los días actuales, que las personas inviertan en la educación de los hijos, en la bolsa de valores, en la carrera, en la familia, en las relaciones, pues están pensando en el futuro. Nada de eso está mal. Sin embargo, lo más importante es lo espiritual. Por eso, estamos colocando toda la fuerza en estos 21 días del Ayuno de Daniel.
Cuando la persona está comprometida en recibir el Espíritu Santo, no existe ninguna excusa para no hacer el Ayuno. El año tiene 365 días, ¿y cómo no podemos quedarnos lejos de Facebook, YouTube, televisión y toda suerte de entretenimientos durante solo 21 días?
¿Y cómo era la vida cuando Facebook no existía? (ya que fue creado en 2004) ¿Y You Tube? (creado en 2005) ¿Y cómo es que alguien puede decir que no logra vivir sin ellos? Tenemos que invertir en lo espiritual.
Las cinco insensatas esperaban por el novio tanto como las prudentes.
Haciendo un paralelo entre ellas y las personas que no invierten en lo espiritual, notamos la misma actitud. Cuando el novio llegó, sus lámparas estaban apagadas y ellas, desesperadamente, salieron a comprar aceite. Tenían dinero para comprarlo, pero habían preferido guardarlo para invertirlo en otras cosas.
¿Y para qué guarda dinero una novia?
Actualmente, sería para pagar el vestido, la recepción, joyas, maquillaje, invitaciones, la torta, etc. Y es exactamente lo que muchos hacen: prefieren invertir en lo material, pero no en lo espiritual.
Esta es la oportunidad para invertir en lo espiritual. Y quien no invierte, pierde.
Cuando las cinco insensatas volvieron, la puerta ya estaba cerrada. Y muchos, si no invierten en derramarse en el Altar, a través del sacrificio y la entrega total, van a encontrar la puerta cerrada también.
En otras palabras, van a perder la mayor oportunidad de transformar sus vidas.
Así como ellas sabían dónde encontrar el aceite, pero no lo hicieron más temprano, muchos saben dónde encontrar el Espíritu Santo, pero necesitan buscarlo ahora.
No deje su vida espiritual apagada.
Vamos a buscar el aceite mientras haya tiempo.
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Comentarios
Isabella
Hola Obispo, ¿todo bien?
Nací en la Universal.
Sin embargo, crecí como una cizaña y no una cizaña común, sino como una cizaña que se miraba en el espejo y se veía como un trigo, y además de eso, les mostraba a las personas ese “trigo”.
Yo veía y oía a los pastores, inclusive a usted, hablar de un amor por Dios, y hablaban de eso con una propiedad, con una certeza que, por más que intentase repetir las mismas palabras, no lograba entender o sentir nada dentro de mí.
Viví así, perdida y engañándome, por mucho tiempo.
Sin embargo, por la infinita misericordia del Señor Jesús, Él descendió sobre mí con Su Espíritu cuando fui sincera. Me entregué de cuerpo, alma y Espíritu.
Hoy conozco y vivo ese amor por mi Señor Jesús; un amor y una adoración que ni todas las palabras del alfabeto logran expresar lo maravilloso que es.
Hoy, soy realmente un trigo que murió para el mundo y revivió para Dios, que tuvo la necesidad de estar en el fondo del pozo para despertar y decidir cambiar.
En ese Ayuno de Daniel, he buscado más a Dios, pues quiero cambiar aún más para glorificarlo.
Para aquellos que aún no recibieron el Glorioso Espíritu Santo, no desistan.
Si usted está desanimado, triste o piensa en desistir, es señal de que está cerca, muy cerca Su descenso. ¡No desista ahora!
Cuando Josué estaba listo para entrar en la Tierra prometida, se entristeció por la muerte de Moisés. Sin embargo, Dios lo fortaleció y le dijo que estaría con él, como había estado con Moisés.
Él no le dijo que sería fácil, por eso le dijo 3 veces que fuera fuerte y valiente.
Entonces crea, no es fácil, sin embargo, la recompensa es la mejor de todas, ¡NUNCA MÁS TENER SED!
Gracias Obispo, por no haber desistido nunca y por amar tanto a las almas.
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Paulo César de Castro
Felicitaciones a todos los obispos y pastores de la Universal y a nuestro Rey Jesús.
Acá entre nosotros, ¡yo les debo tanto a ustedes!
Dejé la idolatría, las malas compañías, las bebidas, el sufrimiento, las depresiones, las angustias, la infelicidad, las infidelidades en el matrimonio, etc.
Yo debo, pero quiero pagar ganando almas, aunque sea ayudando a financiar por ahora.
En cuanto pueda voy a agarrar mi arado y mandar a los bueyes a arar.
Un abrazo a todos los de la fe Universal.
Pero vigilemos porque nuestros “amigos”, “hermanos”, creyentes son usados para bajar nuestra fe, nuestra moral, desmoralizarnos, etc.
Sin embargo, el 99% de ellos está sufriendo y no quieren parar de sufrir. ¡Qué pena!
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Roselandia
Hola Obispo,
no podía dejar de compartir esta felicidad con usted.
Estoy en el Ayuno de Daniel y todos los días oigo la Palabra Amiga al mediodía, siempre enfocada en el Espíritu Santo. Incluso teniendo 15 años de iglesia todavía no había tomado de las Aguas del Pozo, pues aún no había cavado lo suficiente.
Pero hoy por la mañana estando sola, ya que mi esposo había ido al trabajo, mi hija a la escuela y mi hijo a la iglesia, aproveché.
Entré en mi cuarto y comencé a hablar con Dios.
Me derramé a los Pies de mi SEÑOR, saqué todo afuera, me humillé de verdad, lloré mucho, realmente mucho.
Hablé sobre mis errores y pecados, reconocí mis fallas delante de Él y Le pedí perdón. Y vino la certeza de que fui perdonada. En seguida comencé a buscarlo como nunca lo había hecho, dije:
“Mi SEÑOR tengo sed y no salgo de aquí hasta que no me des de beber. No puedo esperar hasta el día 11, pues tengo sed ahora, y Tú dijiste que aquel que fuere a Ti de ninguna manera lo lanzarías afuera.”
Entonces busqué con todas las fuerzas y en medio del loor y la adoración algo sucedió, comencé a llorar, solo que no de tristeza sino de alegría. Lloraba y reía al mismo tiempo, en aquel momento parecía que el mundo se había detenido y éramos solo mi Amado y yo. ¡Qué maravilla!
Algo inexplicable y una certeza inmensa, una voz allí en mi interior que dijo “HOY HUBO SALVACIÓN EN ESTA CASA.”
El ESPÍRITU SANTO me llenó. Estoy salva y puedo cantar, “En el pozo Te encontré y sed yo nunca más tendré.”
Agradezco a Dios por su vida, que Él lo bendiga cada día Obispo.
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Nayra Guedes Abraão
Buenas tardes Obispo,
mi nombre es Nayra, tengo 24 años y hace 2 que estoy en la iglesia.
Obispo, llegué con mi vida destruida, perdí mi virginidad a los 10 años y fui víctima de abuso sexual cometido por mi tío a los 12 años.
Sentía odio por todo y por todos.
Desde entonces comencé una vida de prostitución, pues no veía ningún valor en mi cuerpo. Mi vida era estar de bar en bar y entregarme al primero que apareciese. Yo estaba llena de demonios, era un ser humano podrido.
Hasta que cierto día, cuando ya no aguantaba sufrir más, sentada en mi cama y llorando de tanto dolor, Le dije a Dios:
“Por favor, ayúdame, no aguanto sufrir más, si debo continuar así, prefiero que Tú me mates.”
Y esa misma semana, al ordenar mi casa, encontré el libro “En los Pasos de Jesús”.
Este fue el libro que me evangelizó y me hizo ver la Verdad.
Al llegar a la iglesia Dios me liberó de todo el sufrimiento, y me mostró que había una oportunidad para mí.
Sin embargo, lo peor sucedió por mi desobediencia, por no sacrificar a Dios lo que Él me pedía, yo estaba adentro de la iglesia, pero distante de Dios. A tal punto, que llegué a manifestar en casa y a tener relaciones con espíritus que prometieron dejar un fruto en mí.
Obispo, sé que Dios es misericordioso y me perdona, aún siendo falla, pecadora, egoísta, orgullosa y, a veces, inclusive, incrédula.
Y determiné que en este Ayuno recibiré el Espíritu Santo, sin embargo, hay algo que me incomoda y necesito sacarme esta duda.
Cierta vez un demonio llegó a decirme que había blasfemado contra el Espíritu Santo y, de hecho, un cierto día, me vino un pensamiento de ofensa al Espíritu Santo.
Obispo, está escrito que la blasfemia al Espíritu Santo no será perdonada. ¿Alguien puede perder la salvación y continuar viva?
Respuesta
Mi amiga, no se deje llevar por esta acusación diabólica.
Si usted hubiese pecado contra el Espíritu Santo no me estaría buscando para quitarle sus dudas. Si usted quiere estar libre de las dudas es porque en usted hay fe. Esa fe viene del Espíritu de Dios.
Otra cosa muy importante: los pensamientos malignos contra el Espíritu Santo no tienen nada que ver con la blasfemia contra del Espíritu Santo.
Los pensamientos vienen, los pensamientos van.
Son inevitables y es imposible impedirles que vengan.
Pero cuando ellos vienen, tenemos el poder de alabar al Señor Jesús y rechazarlos.
La blasfemia contra el Espíritu Santo es hablar en contra de Él, insultarlo, o DECIR PALABRAS EN SU CONTRA.
¿FUE ESO LO QUE HIZO USTED?
Estoy seguro que no.
Por lo tanto, esté tranquila.
Dios está con usted, siempre que usted continúe con Él.
Colaboró: Obispo Ubirajara Fonseca