Muchas veces, los internos de las cárceles pagan un alto precio por los errores del pasado. Los días de encierro se vuelven eternos. Aunque los familiares hagan todo lo posible por estar presentes, la soledad se vuelve insoportable con el correr del tiempo.
Es por eso que la UEC trabaja para brindarles a los internos el mayor apoyo posible; además de mostrarles que, a través de la fe, pueden tener una nueva oportunidad de vivir.
A través del trabajo de la Universal, muchos que han estado tras las rejas, lograron la libertad física y espiritual. Hoy están totalmente reformados a través del Espíritu de Dios. El resultado del trabajo de los voluntarios en la Evangelización Carcelaria se extiende por todo el país y no deja de crecer.
Recientemente en el penal de Chimbas se realizó una reunión para 60 internos en la que se les ofreció una palabra de fe y la posibilidad de que entreguen sus vidas en las manos de Dios. Entre ellos, 25 internos dieron el primer paso bautizándose en las aguas y así decidieron comenzar una vida con Dios, dejando atrás su pasado.