Durante años se asoció a la leche con problemas como obesidad o trastornos digestivos, pero un análisis reciente realizado por un grupo de investigadores israelíes, comprobó que la ingesta de calcio ayuda con la disminución de la gordura. La mayoría de las personas que llevan adelante regímenes para mejorar su figura suelen reducir sus dosis de leche, cuando en realidad deben aumentar la ingesta diaria. Preferentemente deben consumir leches desnatadas pero enriquecidas en calcio.
La médica Carmen Gómez Candela, jefa de la Unidad de Nutrición Clínica y Dietética del Hospital Universitario La Paz, de Madrid, aseguró en una entrevista para el diario El mundo, que el estudio de los científicos en Israel es una buena noticia porque aporta datos sobre un hecho que sabemos desde hace años y que acaba de ser respaldado con un ensayo de revisión.
Para reafirmar esta teoría, un detallado informe publicado recientemente en el “American Journal of Clinical Nutrition”, basado en entrevistas con más de 300 hombres y mujeres, entre 40 y 65 años, que sufren sobrepeso, arrojó que aquellos que ingerían el equivalente a 580 miligramos de calcio, perdieron más peso en relación a los que consumieron menos lácteos durante su dieta.
El estudio demandó al menos dos años y se estudió en forma personalizada los efectos sobre estas personas de la dieta Mediterránea, tanto la baja en grasa como la pobre en carbohidratos. En tanto, los que presentaron un mayor nivel de vitamina D en la sangre, adelgazaron más kilos.