¿Qué le llama más la atención a las personas en general con respecto a un líder? ¿Qué característica hace que sientan firmeza en alguien y confíen en su liderazgo? Una encuesta de la empresa norteamericana Robert Half Recursos Administrativos reveló: integridad, según las tres cuartas partes (3/4) de los profesionales entrevistados.
Un líder que sea, por encima de todo, íntegro fue el deseo manifestado por el 75% de los trabajadores y por el 46% de los directores – por ser también líderes, obviamente, saben lo que es necesario para estar al frente de un equipo. Solo el 10% consideró la competitividad por encima de las otras características de quien les gustaría seguir y obedecer.
Hubo otras características citadas por los encuestados, algunas directamente conectadas a la integridad, como justicia (58% de los entrevistados) y transparencia (25%). Las demás fueron determinación, mentalidad estratégica, accesibilidad, mentalidad colaborativa y la ya mencionada competitividad.
Actitud que impulsa
“Los líderes que actúan con integridad y tratan bien a las personas ayudan a maximizar las contribuciones de sus colaboradores para la organización”, dice Tim Hird, director-ejecutivo de la Robert Half, quien revela que la influencia de un líder así va mucho más allá de los liderados directos. “Esos atributos también impulsan el negocio y atraen inversores, clientes y empleados potenciales”, dice.
A muchos les gusta ser liderados por alguien con carisma, con la habilidad de convencer o que “sabe vender lo suyo”. Por eso ya compraron pescado en mal estado. Ser íntegro no depende de la propaganda ni de mostrar lo que se hace con un maquillaje de honestidad – estrategia muy común en la política de las últimas décadas.
Claro que las otras características de un buen liderazgo, como la referida (buena) competitividad, también son altamente deseables. Pero la voz de la mayoría corrobora, según la encuesta: sin integridad, los otros atributos de nada valen. Además de eso, un líder que opta por hacer lo correcto tiene mucha más credibilidad y puede exigir de sus liderados que hagan lo mismo.
Por lo tanto, el viejo refrán “haz lo que yo digo, no lo que yo hago” no tiene lugar en una organización o en una persona que se propone ser honesta. Es lo que dice otro cliché que, aunque muy usado, es verdadero: cualquiera puede ser jefe, pero ser líder es otro tema.
Aprendiendo a ser un líder
El obispo Renato Cardoso, coordinador de proyectos de éxito en la Universal, aprendió en la práctica actitudes que llevan a alguien a ser un líder íntegro. “A lo largo de los años, llegué a algunas conclusiones sobre lo que es liderazgo; definiciones simples que me ayudan a entender lo que significa ser un líder: alguien que no necesita ser supervisado o mandado a hacer algo, sabe cómo lidiar eficazmente con las tentaciones cuando está solo y es el primero en hacer lo que él espera de los otros”.
Las tentaciones, como las citadas por el obispo, pueden hacer mucha diferencia – y forma parte de la integridad, blindarse contra ellas. Forma parte de aquella vieja cuestión de “dejar que el poder se suba a la cabeza”. Es necesario recordar a un tal Adolf Hitler, uno de los hombres con más poder en la historia de la humanidad, que cometió algunas de las mayores atrocidades contra millones por ser carismático, decir lo que muchos querían oír, hacer mucha publicidad y, al final de todo, someter a toda su patria y a las naciones aliadas (el Eje) a la vergüenza y a la derrota.
Cuando un líder vergonzoso cae, quien lo sigue se cae con él. Acuérdese de eso en el momento de seguir la corriente de aquel tonto que, por ejemplo, quiere hacerse pasar por superior haciendo bullying contra otros porque se cree en una posición destacada y encuentra quien lo apoye en esa actitud inmadura- sí, adultos (por lo menos físicamente hablando) también hacen eso, por increíble que parezca.
Sí, ser un buen líder no es solo una cualidad que ya nace con la persona. Grandes hombres y mujeres de la historia supieron antes obedecer para, más tarde, mandar con propiedad. Josué, por ejemplo, fue fiel compañero de Moisés en la búsqueda de la Tierra Prometida, aprendiendo de cerca con aquel líder levantado por Dios.
Líderes íntegros son vencedores que llevan a otros a vencer en la misma organización y eso, como vimos, se aprende. Ese es uno de los temas siempre explorados en el Congreso para el Progreso, que se realiza los lunes en la Universal y ya cuenta con muchos resultados positivos. La reunión se realiza a las 8, 10, 16 y especialmente a las 20h en el Templos de la Fe, Av. Corrientes 4070, Almagro, para los que buscan éxito en la vida económica y en la carrera, o ingrese aquí para ver las direcciones de la iglesia más cercana a su hogar.
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