A pesar de tener un día especial, cada vez menos parejas tienen motivos par festejar el Día del Matrimonio todos los 24 de abril. De hecho, en los últimos cinco años creció la cantidad de hogares unipersonales, de acuerdo con estadísticas de la Ciudad de Buenos Aires, que también registran dos divorcios por día de matrimonios que no duran ni cinco años. Las cifras no son exclusivas de la Capital. En la ciudad de Córdoba, se concretan unos 2500 matrimonios al año, mientras se inscriben unos 1800 divorcios.
Tiempos modernos
El nuevo lugar de la mujer en la sociedad, sumado a una prolongación en la adolescencia, la demora que tienen los jóvenes en dejar el hogar paterno y una mayor expectativa de vida serían los principales causantes de esta postergación.
“Sobre todo en estratos sociales medios o altos, las mujeres aspiran a tener una carrera consolidada y una cierta autonomía antes de interrumpir eso para dedicarse a la maternidad”, dijo también a La Nación el médico psicoanalista especializado en familia y pareja, Eduardo Drucaroff. Y agregó que es diferente en los sectores más vulnerables desde el punto de vista socieconómico. “En ellos la maternidad es concebida como una posibilidad de tener una función social valorada y no se posterga tanto el ideal de ser madre”.
¿Solo un pedazo de papel?
El crecimiento de las uniones de hecho no es un fenómeno puramente local. En Estados Unidos, por ejemplo, el número de “juntados” creció un 1500 por ciento en los últimos 50 años: de 450 000 en 1960 a 7,5 millones en 2010.
Sin embargo, una investigación realizada por el National Marriage Project, de la Universidad de Virginia (EEUU) reveló un dato interesante de la relación entre la convivencia y el número de divorcios. Según el estudio, las parejas que viven juntas sin casarse (y especialmente antes de un compromiso claro) tienden a estar menos satisfechos con su matrimonio y, por ende, son más propensos al divorcio que quienes no viven juntos antes de casarse.
Hay muchos motivos por los cuales el concubinato parecería ser conveniente. Es más económico y práctico, ya que, en vez de pasar tiempo divididos, se puede vivir en un mismo lugar y compartir los gastos. Si no funciona, la salida es rápida (pero no menos traumática).
Cuando se le pregunta a muchas parejas el motivo por el cual no oficializan la unión, alegan que se trata apenas de un pedazo de papel que no hace ninguna diferencia. La pareja formada por Renato y Cristiane Cardoso tiene una excelente respuesta para esa excusa: “Si es solo un pedazo de papel, ¿por qué no lo firman?”. Ellos consideran que la falta de actitud está en el hecho de que todos saben que el matrimonio no es únicamente un pedazo de papel y sí un compromiso más serio del que muchos quieren asumir. Y la facilidad de “entrar y salir” de una relación en la que apenas viven juntos es mayor.
Renato y Cristiane resaltan lo que significa oficializar la unión: “Es una alianza, un compromiso de vida entre dos personas que empeñan su palabra mutuamente”.
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