La diferencia entre el Señor Jesús y los dioses de este mundo, fue el tema de la reunión realizada por el obispo Edir Macedo, en San Pablo, en el Cenáculo del Espíritu Santo de Santo Amaro, a las 9.30 de la mañana, el pasado domingo 9.
El obispo se ocupó aclararle a la multitud presente que Dios no promete para los que creen en su Hijo Jesús, una vida religiosa, sino una vida de calidad. “Tiene que haber una diferencia entre aquellos que sirven a Dios, y es por esa diferencia que trabajamos, nosotros no trabajamos en la IURD para llevar religiosidad, no, pues la religión ata la inteligencia de las personas, las religiones sujetan, bloquean el derecho de que las personas piensen. Lo que nosotros vemos en la creencia es la vida de calidad. Jesús dijo eso. Entonces, Jesús habla y muestra que por un lado está el diablo para matar, robar y destruir; por otro lado está la propuesta de dar vida”, explicó.
Muchos piensan que por el hecho de no tener instrucción, estudio o por ser pobres están destinados al fracaso. El obispo Macedo enseñó que lo que hace a la persona alcanzar una posición destacada en este mundo no es el título adquirido, la capacidad o la inteligencia, sino lo que tiene dentro de si misma. “Si usted cree que usted está viviendo de acuerdo a este Dios todo poderoso, que, además, Él se identifica como el Señor de los Ejércitos, su vida tiene que subir, usted tiene que prosperar. No importa si usted es blanco o negro, azul o extranjero, si sabe leer o no, no interesa su situación social, lo que interesa es si usted tiene a la persona del Señor Jesús como el único señor de su vida y el primero. Esa es mi fe, esa es la propuesta de Dios para todos nosotros”, destacó.
Después del mensaje, el empresario Dirceu (foto) fue invitado por el obispo a subir al altar y relatar la diferencia de vida alcanzada por medio de la práctica de la Palabra de Dios. Imágenes exhibidas en la pantalla del templo, de la casa en la que él vivía en el pasado y de la que vive hoy servirían para ilustrar su testimonio. “Llegué a la IURD podrido de pobre. Yo trabajaba en transporte, tenía dos camionetas y perdí todo. Yo tenía una deuda de 158 mil reales, llegando a 400 mil reales, el oficial de justicia estaba en mi puerta reclamándome, estaba debiéndole a todo el mundo”, recordó.
Después de lanzarse completamente en el altar de Dios, Dirceu contó que todo comenzó a cambiar y la diferencia explicada por el obispo a todos durante el encuentro puede ser comprobada por él en una vida de calidad. “Hoy mi vida está transformada. Tengo tres autos en el garage, tengo moto, tengo mi oficina, mi inmobiliaria, el chofer del autobús al que antes yo le pedía viajar gratis, hoy es mi corredor. Mi vida cambió del agua al vino. Calidad de vida total. Entregué mi vida 100% en el altar, porque cuando llegué aquí yo no tenía nada”, testimonió.
Antes de finalizar a concentración de fe, el obispo destacó que la Campaña de la Diferencia, que tendrá lugar el día 23 de septiembre, es para aquellos que no aceptan creer en Dios, obedecerlo y vivir una vida semejante a la de aquellos que no tienen ningún compromiso con el Señor Jesús. “Esa campaña de la diferencia tiene que suceder. Yo estoy orando para que Dios le de a usted una calidad de vida, pues nuestra gloria no es el dinero sino su testimonio, porque de la misma forma que Dios es glorificado en aquellos que creen, nosotros somos glorificados cuando usted es bendecido. Nosotros somos frustrados cuando no sucede nada con usted. Tiene que suceder, pues el Dios en el que hemos creído es un Dios vivo. Si usted quiere la diferencia en su vida, entonces ponga toda su fuerza”, concluyó.