Como Hijos y Siervos del Dios Vivo, hay momentos en los que el corazón se llena de gratitud no por todo lo que tenemos, sino por todo lo que hemos vivido con Dios, Sus Siervos, Su Pueblo, por lo que nos ha revelado en Su Palabra; por las experiencias felices y tristes, por los momentos fáciles y difíciles, que fueron provechosos para nuestro aprendizaje.
Agradecer por tener un lugar, un Altar que extrañar y personas que forman parte de nuestro hogar (Su Obra), es reconocer que Dios tiene Compasión de nosotros al permitirnos formar parte de Su Maravilloso y Glorioso Reino. También por poder cuidar de Su Pueblo, manteniendo el enfoque en Su Propósito Celestial: que vayamos a vivir con Él por toda la Eternidad.
Muchos de nosotros hemos pasado por decenas de lugares, diferentes Países, Continentes, etapas y relaciones que marcaron nuestra Fe y nuestro Ministerio; que nos moldearon, lapidaron y formaron para permanecer en el Altar. También vivimos situaciones que nos enseñaron a depender única y exclusivamente del Espíritu Santo. Aunque hoy estemos viviendo otro tiempo, otro desafío, y vayamos a otro País o Continente, la Misión sigue siendo la misma: ganar un Alma más para el Reino de los Cielos, cumpliendo el Llamado y el Deseo de Dios:
“Id, pues, y haced discípulos de todas las Naciones, Bautizándolos en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado; y he aquí, Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”. Mateo 28:19-20
El recuerdo en espíritu de esos momentos nos alegra, nos hace sonreír, nos fortalece. Nos recuerda que Dios está con nosotros, que usa circunstancias y personas para mostrarnos que Su Fidelidad, Paciencia, Fe, Misericordia y Justicia no cambian; y que Él sigue formando a Sus Siervos para Su Gloria.
Este mensaje no es solo una enseñanza, sino una exhortación para discernir el tiempo que vivimos y responder con Fe, Carácter, Visión y Entrega incondicional. Porque cada etapa tiene su propósito, y cada uno de nosotros está siendo preparado para ser más usado para la Gloria de Dios.
Si tu Pastor fue Comisionado a otra Región, Provincia o País, tené en cuenta que Dios lo quiere usar aún más para sumar a la vida de todos, especialmente a la de los Obispos, Pastores, Auxiliares, Misioneros, Obreros, Evangelistas y Miembros.
Orá por él y por los demás que aún serán Comisionados.
Conocé la experiencia de alguno de ellos: https://www.instagram.com/reel/DNjNHH4uSiM/
Así que, ¡nos vemos en la IURD o en las Nubes!
¡Eia!
Obispo Julio Freitas