El Presisterhood se ha destacado en el trabajo que la Escuelita Bíblica Infantojuvenil (EBI) realiza con las niñas, llamadas baby sisters, de 5 a 13 años. El objetivo es desarrollar el potencial de cada una como hija, hermana, estudiante y adolescente. Según Jucélia Oliveira Freitas, coordinadora de la EBI, se enseña con mucha diversión, tareas y actividades.
“El grupo está dividido en dos: las lindas (5 a 9 años) y las queridas (10 a 13 años). Porque, cuando somos pequeñas, somos lindas y queridas por nuestro forma natural de ser, que no pasó aún por las amargas experiencias de la vida”, explica.
Jucélia Oliveira agrega que las niñas tienen tareas durante un mes para ingresar al grupo. Para que la formación sea oficial, se realiza una fiesta para las niñas y sus familias.
“Ella promete ser fiel al código del grupo y recibe una flor para el cabello como símbolo de su asociación. Una big sister, que ya es una litle sister, es elegida para acompañarla en sus tareas mensuales”, destaca la coordinadora.
“Una chica puede parecer solo una niña. Pero ella ya tiene la belleza, la inteligencia y la fuerza para transformarse algún día en una joven confiada y virtuosa, perseverante en lo que es bueno. Sin embargo, para llegar lejos y evitar las trampas, se necesita una instrucción cuidadosa desde el principio. Y así comienza el trabajo del Presisterhood”, comenta Cristiane Cardoso.
Kátia Valéria Silva Adão, madre de Mayara, de 11 años, cuenta que, después de que entró en el Presisterhood, hubo un gran cambio en el comportamiento de su hija.
“Ella es más responsable con sus tareas en la escuela y en casa. Es más humilde y pasó ser más amiga conmigo. Tenía dificultades para pedir perdón y hoy lo hace naturalmente. Sabe que las tareas son nada más que una enseñanza para que luego sea una mujer de Dios sabia. Yo le agradezco a la big sister que la acompaña en sus tareas, orando y orientando, pues ha contribuido mucho a ese cambio”, festeja.