Vivimos en una cuenta regresiva y el reloj no va a detenerse. Estamos viajando a gran velocidad por un camino finito. Y lo sabemos, aunque intentemos disfrazarlo. Sin darle valor a qué desvíos tomamos, qué atajos escogemos y qué maniobras practicamos para alejarnos del fin, este llega. Y casi siempre, sin ningún aviso.
Depresión a 100 metros
“¿Qué estoy haciendo de mi vida ahora?” Esta es una pregunta capaz de quebrantar cualquier estructura. Lo cotidiano comprime a las personas y muchas veces entendemos que vivir presionando es el camino natural. La mentira secular de trabajar para vivir y la rutina angustiante de vivir para trabajar.
¿Cuánto tiempo usted vive relajado? ¿Cuántos buenos libros ha leído el último año? Haga una lista de los sueños que tenía ¿Cuántos desistió de soñar?
Esta enorme highway que se extiende delante nuestro es traicionera. Llena de curvas sinuosas y agujeros que surgen sin avisos. En cualquier momento un animal salvaje puede saltar frente a su auto y hacerle perder el control de la vida. Y, aunque ninguna tempestad haga que la piste esté resbalosa, aunque ningún puente se rompa, cuando el camino llegue al final, usted tendrá que bajarse del auto.
Mientras eso no sucede, ¿con quién quiere estar usted?
Asiento del Acompañante
Pero cuando llega el fin del día, yo solo pienso en descansar. Y volver a casa, a tus brazos. Quién sabe, olvidar un poco de lo poco que no tenemos. Quién sabe, olvidar un poco de todo lo que no sabemos.
No sabemos cuándo saltaremos del auto, pero sabemos que ya estamos en el camino, ¿A cuántos de nosotros no nos gustaría aprovechar los paisajes y las conquistas con las personas amadas? Pasar más tiempo con las personas a quienes amamos nos hace más felices.
¿A quién invitaría a sentarse en el asiento del acompañante si, en este momento, una señal de transito le avisara que la carretera se termina en 30 kilómetros? ¿Y por qué esa Persona no está ahí ahora?
Fin de la línea
Entonces, el fin de la línea llegó y usted sigue conduciendo. Aunque vea la calle sin salida algunos metros más adelante, no puede simplemente dar marcha atrás. El camino recorrido no podrá ser cursado nuevamente. ¿Y qué hizo usted?
Miré hacia atrás y vi mis antiguos sueños e incluso lloré. Y extraño lo que hablé. Lamento mucho su falta.
Allá, en el fin, no se puede vivir sueños que ya se fueron o decir todo lo que no fue dicho. Diga mientras está en el camino. Haga mientras está en el camino. Si no sabemos cuando la calle finaliza, que todo sea hecho y dicho ahora, para que después no lamentemos la falta del tiempo.
Nada puede detenerlo.
El tiempo se va, pero siempre algo guardaré. Tu amor, que un día yo encontré.
Nada puede detener el tiempo. Usted puede saltar del auto aún en movimiento, antes del fin. Puede encontrarse con el muro. Puede incluso detener el auto en el final y descender con calma. Pero no puede detener el tiempo. Ni hacerlo regresar.
Allá en el fin, Alguien lo espera. Cuando usted entró en el vehículo por primera vez, Él le pidió hacer algunas cosas durante el camino. ¿Las hizo? Si lo ha hecho, ese Señor lo llevará hasta Su casa, donde usted podrá reposar, relajarse y alegrarse en la vida eterna.
Pero, si no siguió Sus instrucciones… Bueno, lo mejor es regresar en la curva, mientras aún hay tiempo.
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