Cuando una persona se indigna contra una situación, quiere decir que no aprueba lo que está sucediendo en su vida, causándole una gran perturbación interior.
Imagine un padre que no tiene lo que darle a su familia; una madre que no sabe más que hacer para sacar el hijo de la drogas; una esposa o marido cambiado/a por otro/a; o un empresario que tuvo su empresa robada o estafada por alguien – o hasta por un conocido. En todos estos casos, el sentimiento de indignación es grande, pero sentir solamente no sirve de mucho, porque es necesaria una actitud para salir de una situación como estas.
Fue lo que sucedió con Job, un hombre rico que poseía integridad y temor a Dios. Cierta vez, él perdió todos sus hijos, sus posesiones, tierras, rebaños y ganados, además de tener la salud extremadamente afectada por enfermedades y llagas terribles.
Él tenía todo en su contra para provocar un motín contra Dios, sus amigos y lo que resto de su vida, pero decidió mantenerse leal. Job era el tipo de hombre integro, bueno y que se apartaba de las situaciones que lo comprometieran. Pero llegó el día en que perdió todo lo que conquistó con tanto esfuerzo y honestidad, y hasta maldijo el propio día de su nacimiento. Y en su sufrimiento revelo:
“Respondió Job y dijo: Hoy también hablaré con amargura, porque es más grave mi llaga que mi gemido. ¡Quién me diera el saber dónde hallar a Dios! Yo iría hasta su morada, expondría mi causa delante de él y llenaría mi boca de argumentos. Yo sabría lo que él me respondiese y entendería lo que me dijera. ¿Contendería conmigo con la grandeza de fuerza? ¡No, sino que él me atendería!” Jób 23.1-6
No son pocas las personas que pasan por momentos angustiantes como este. Y no son raras las vidas que se perdieron debido al desespero de no saber cómo solucionar una cuestión.
¿Qué injusticia usted ha sufrido? ¿Cuál es su situación indignante? ¿Qué problema le ha quitado su sueño? ¿Qué le ha quitado la paz?
Analice su vida y vea si está de acuerdo con lo que usted siempre soñó.
Del 10 a 17 de marzo, participe de la Semana de la Indignación por la respuesta de Dios en todas las Iglesias Universal del Reino de Dios y presenta delante de Él su queja.