Imagine cuántas personas están, en este momento, llorando el dolor de la pérdida de sus familiares. Recientemente, una gran tragedia de jóvenes quebrantó Brasil, donde murieron más de 200 personas en un lugar nocturno, después de un incendio.
La policía escuchaba los celulares dentro de las carteras de las víctimas sonando sin parar, centenas de llamadas de amigos y familiares en búsqueda de noticias, sin saber que ya estaban muertos.
Otra autoridad informó que lo que más le llamó la atención fue la cantidad de cuerpos encontrados en los baños. Se sacaron de ese recinto, más de 90 jóvenes, amontonados, lo que les hizo recordar al Holocausto. Algunos jóvenes, en la desesperación de respirar, debido a la humareda, pusieron la cabeza en los sanitarios para alcanzar algo de aire. Y así fueron encontrados.
Irónicamente, durante el retiro de las víctimas, el equipo de rescate también encontró hermanos, sobrinos o conocidos entre los cuerpos.
El dolor y la angustia de la pérdida fue algo común a todos los involucrados.
En las puertas de los hospitales, padres, madres, tíos y hermanos pasan las noches en vela, detrás de alguna noticia sobre el estado de salud de los sobrevivientes. De las 79 personas que aun están hospitalizadas, cerca de 40 respiran con ayuda de aparatos.
Eso, sin contar que en muchos otros lugares del mundo, familiares se angustian con la pérdida de los suyos, por la falta de información de un integrante desaparecido, o por la posibilidad de que sólo salga del hospital al cementerio.
Es por eso que la Iglesia Universal del Reino de Dios está movilizándose para que todos puedan orar a Dios por sus familiares. Independientemente de su religión, la invitación está lanzada a cualquier persona que quiera el bien de su familia.
En su blog, el obispo Macedo explica que “muchas vidas han sido arrancadas prematuramente, porque no hubo quien hiciera un voto por ellos.”
Por ese motivo, desde el día 3 al 10 de febrero, en todas las IURD’s, todos están invitados para un movimiento de fe en favor de sus seres queridos.
Porque, como está escrito: “Si uno de ustedes hace un voto especial para dedicar a alguien al Señor, será del Señor …” Levítico 27: 2
No pierda la oportunidad de salvar a su familia.