- GUARDA RENCOR Y ODIO
Alguien que se bautizó en las aguas y guarda rencor y odio no puede considerarse bautizado, porque el bautismo en las aguas es para arrepentimiento. El arrepentido sepulta, entierra el pasado de rencor, traumas y odio, porque baja a las aguas bautismales para enterrar sus pecados. Es imposible que una persona que ha sido bautizada y esté arrepentida alimente odio o guarde rencor hacia a alguien.
El propio Señor Jesús dijo que el que dice que ama a Dios y odia a su hermano es mentiroso, y la verdad no está en él, no practica la verdad; es decir, aún necesita arrepentirse y perdonar, liberarse de ese odio y de ese rencor definitivamente.
Recordando que perdonar no es un sentimiento, sino la decisión de obedecer lo ordenado por Dios.
Cuando alguien se bautiza en las aguas arrepentido, entierra el pasado de traumas, complejos y decepciones.
- MIENTE Y ENGAÑA
Una persona que insiste en la mentira o en engañar a quienquiera que sea, a su pareja, a sus padres, a sus hijos, a sus empleados, a su patrón o a nosotros, siervos de Dios, demostrando algo que no es, siendo de una forma en la Iglesia y de otra forma en casa o en el trabajo, no se arrepintió.
Si usted se bautizó en las aguas y sigue mintiendo, aunque diga que son “pequeñas mentiras”, que “no le hacen daño a nadie”, sepa que le hacen daño a lo más importante en su vida, a su propia alma. El problema de la mentira no es dañar a los demás, sino engañarse a sí mismo; peor que mentirles a los demás es la herida que se le causa al alma al mentir.
Jesús dijo que el padre de la mentira es el diablo:
“Sois de vuestro padre el diablo y queréis hacer los deseos de vuestro padre. Él fue un homicida desde el principio, y no se ha mantenido en la verdad porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, habla de su propia naturaleza, porque es mentiroso y el padre de la mentira”. Juan 8:44
No existe mentira pequeña, mediana o grande, mentira es mentira y verdad es verdad; no se autoengañe.
Si sigue mintiendo o engañando después de haberse bautizado en las aguas, su bautismo no fue de arrepentimiento.
¿Puedo probarlo?
Nunca vi a una persona rencorosa o mentirosa recibir el bautismo con el Espíritu Santo, pero ya vi a muchas personas bautizarse en las aguas sin estar arrepentida, por eso siguieron mintiendo, engañando y sintiendo rencor u odio. He ahí la razón por la cual nunca recibieron al Espíritu Santo.
Sé que estas palabras no agradan a todos, pero son verdaderas, y los sinceros y arrepentidos las aceptan.
Inspirado por el Espíritu Santo, escribí 16 síntomas que caracterizan a una persona que no se bautizó arrepentida, estos son 2, faltan 14, para ayudarlo a detectar dónde se está equivocando y para que se corrija, así podrá terminar el año sellado con el Espíritu Santo o renovado, en caso de ya ser sellado.
El Señor Jesús dijo:
“No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento”, Lucas 5:32.
3.ª PARTICIPA DE APUESTAS Y JUEGOS DE AZAR
Una persona que practica una fe ciega en apuestas y juegos de azar con la esperanza de conquistar algo, de ganar un poquito más de dinero o de cambiar de vida ganando un valor importante de dinero, no se bautizó arrepentido y, consecuentemente, no cambiará de vida.
4.ª CREE EN EL HORÓSCOPO O EN LOS AMULETOS
Una persona que pone su confianza en estas prácticas, después de bautizarse, no se arrepintió, porque la fe de una persona arrepentida pasa a estar única y exclusivamente en Dios, confiando que Él es el dueño de su pasado, de su presente y, sobre todo, de su futuro.
5.ª ES POSESIVA Y/O AGRESIVA CON LAS PERSONAS
La persona se cree dueña de cosas, de las cuales tal vez no lo es, y de personas, es absorbente en sus relaciones afectivas. Esto muchas veces la lleva a agredir tanto física como verbalmente a los que están a su alrededor, al punto de no medir las consecuencias.
6.ª AÚN CREE EN OTROS DIOSES Y LES REZA, ES IDÓLATRA
Una persona que tiene su fe dividida, que no tiene su fe puesta en Jesús, el Autor y consumador de la fe, está practicando la idolatría, que es un pecado. A veces no es un “dios” creado por una religión, una secta o un hombre, sino una persona, cuando la ama más que a Dios.
En otras palabras, la persona que aún endiosa imágenes, cosas o personas aún es idólatra, porque solo existe un único y verdadero Dios, el Creador y el Dueño de la Palabra, de la Sagrada Biblia. Entonces, ella necesita arrepentirse, dejar de amar a alguien más que a Dios y de orar a alguien o algo en lugar de a Dios.
7.ª CREE EN LA ADIVINACIÓN Y EN LOS SUEÑOS
Una persona que aún cree en estas prácticas y creencias, como en la lectura de manos o de cartas, demuestra que no fue bautizada por arrepentimiento, sino por remordimiento, porque el verdadero bautizado no cree más en la adivinación y mucho menos en el significado de los sueños, sino en la Palabra de Dios.
Cuando somos bautizados por arrepentimiento, Él da testimonio de que somos Sus hijos, así como dio testimonio de Jesús cuando salió de las aguas del río Jordán y dijo: “Este es Mi hijo, en quien Me complazco”.
8.ª ES ORGULLOSA Y NO ACEPTA QUE LA CORRIJAN
Este síntoma ayuda a la persona que es sincera a entender que, si dice que fue bautizada, pero se resiste a las correcciones y no acepta ser contrariada, aún no lo fue.
Incluso es el primer trabajo del Espíritu Santo, Él contraría nuestra carne, nuestras inclinaciones, nuestras debilidades, nuestras manías, que ponen en peligro nuestra alma, nuestra Salvación; no para condenar, juzgar, excluir o disminuir, sino para que la persona se humille y reconozca su estado, la necesidad que tiene de arrepentirse y cambiar.
Cuando la persona se humilla delante de Dios, Él la exalta y ella deja de correr detrás de las bendiciones, porque las bendiciones corren detrás de ella.
9.ª TIENE DESEO DE VENGANZA Y PLACER EN LASTIMAR A OTROS
Cuando la persona sigue con el deseo de lastimar, vengarse y hacerle un mal a quienes la dañaron, aun después de “bautizarse en las aguas”, no se arrepintió, su bautismo no fue sincero.
Es necesario que ella decida dejar de desear y de hacer lo malo, lo que desagrada a Dios, hiere su propia alma y lastima a los que forman parte de su vida, como su pareja, sus padres, sus hijos, sus hermanos, sus compañeros de trabajo y demás.
10.ª INSULTA Y SU LENGUAJE ES VULGAR
La persona tiene un vocabulario vulgar, obsceno, inadecuado, usa palabras sucias, que no bendicen, que no añaden nada a su propia vida ni a la vida de los que la escuchan.
Ella sigue insultando y diciendo cosas que no debe, cosas que disminuyen o denigran a los demás, porque no fue bautizada por arrepentimiento.
11.ª ES HIPERSENSIBLE, GUARDA TRISTEZA Y/O CULPA
Por cualquier cosita la persona dice: “Me lastimó, me maltrató”, esto se extiende a la iglesia, la casa y el trabajo. Esta actitud le hace mal a sí misma y prueba que no hubo un verdadero arrepentimiento, porque se entristece, se culpa o se martiriza por cualquier error que comete: “Yo soy esto o lo otro”.
Esto no es inteligente ni está de acuerdo con la Palabra de Dios, no está de acuerdo con la voluntad de Dios.
12.ª CONSUME PORNOGRAFÍA Y BUSCA SER SENSUAL Y/O PROVOCATIVA
Una persona arrepentida y bautizada con el Espíritu Santo cuida lo que entra por sus ojos, cuida lo que ve, no permite que sus ojos vean cosas sucias, indebidas, violentas o agresivas porque sabe que sus pensamientos se quedarán en eso, no en las cosas de Dios, en las cosas espirituales.
Ella sabe que el espíritu es alimentado por los pensamientos y que los pensamientos son alimentados tanto por lo que escucha como por lo que ve, por eso invierte en alimentarse de las cosas de Dios. Incluso está escrito que desvía su mirada de la violencia, pero hay quienes miran películas de terror. Claramente, esto no agrada a Dios.
13.ª ESTÁ INVOLUCRADA EN LA CORRUPCIÓN Y EL ENGAÑO
La persona que aún practica la corrupción y el engaño moral, económico, profesional o sentimental no se bautizó en las aguas por arrepentimiento.
14.ª TIENE MIEDO DE LA MUERTE
La persona no tiene certeza de su Salvación, por eso, teme que llegue la hora de su muerte, porque no está preparada para enfrentarla.
15.ª FORNICA Y ADULTERA, TIENE SEXO SIN ESTAR CASADA Y TRAICIONA
La persona no le es fiel a su cónyuge y mucho menos a Dios. No respeta la institución del matrimonio y no respeta su cuerpo, entregándolo a cualquier persona antes de estar casada. La infidelidad muestra falta de temor a Dios, lo cual indica que la persona no murió para sí misma y su bautismo no fue sincero.
16.ª SIGUE EN LOS VICIOS DEL ALCOHOL, DEL CIGARRILLO, DE LA MARIHUANA Y DE OTRAS SUSTANCIAS
La persona no abandonó las adicciones, sea de las bebidas alcohólicas, de las sustancias, de los juegos o de contenidos vulgares. Ella tiene recaídas constantes y no logra salir de esta situación porque no se bautizó sinceramente arrepentida.
17.ª SE PREOCUPA EN EXCESO SOBRE LO QUE LAS PERSONAS PIENSAN A SU RESPECTO, PORQUE AÚN SIENTE LA NECESIDAD DE ENCUADRAR EN LOS PATRONES DE ESTA SOCIEDAD
La persona prioriza más agradar o buscar la aprobación de los que están a su alrededor, sea en el trabajo, en la casa o incluso en la obra de Dios; ella necesita encuadrar dentro de los patrones de la sociedad. En otras palabras, no vive por la fe, no es justa con Dios ni con su propia alma. La persona que se bautizó arrepentida, busca la aprobación de Dios, encuadrar dentro de los patrones de Su Palabra.
Otros síntomas que indican que una persona no fue bautizada en las aguas por arrepentimiento:
18 • Cambia su personalidad dependiendo de quiénes están a su alrededor, no logra mantener un mismo carácter.
19 • No prioriza pensar en lo que es espiritual, ocupa la mayor parte de su tiempo con cosas vanas y fútiles.
20 • Busca escusas para “justificar” su falta de compromiso con Dios y la desobediencia a Su Palabra.
21 • Considera que las Primicias (10 %) es mucho para devolver a Dios, no las ve como el honor y el privilegio de poder servirlo.
22 • Prefiere ir a diferentes lugares, como salir con amigos, ir al cine, al teatro, a ver partidos de fútbol y a fiestas, que participar en la Iglesia los domingos por la mañana y los miércoles.
23 • Causa división y desunión con las personas de su entorno familiar y laboral, incluso con las de la Iglesia.
Obispo Júlio Freitas