Dinero, tareas, reuniones, los niños, la manutención del hogar. Todo esto no puede ser puesto en una “sola bolsa” y tratado de forma desorganizada, sobre todo cuando se trata de parejas que están juntas por amor y también por motivos profesionales.
Para que una pareja lleguen a ser socios de una empresa, hay que tener en cuenta dos características claves en el matrimonio, la amistad y la confianza. “Eso es una buena señal de que la sociedad va a funcionar. Además, ambos deben estar interesados en el negocio que emprenderán juntos”, dice la consultora empresarial Talia Jaoui.
El segundo paso es saber separar lo personal de lo profesional. “Negocios son negocios, y la casa es la casa. Llegó a casa, los asuntos de “trabajo” terminaron, y viceversa. Si eso no ocurre, no funcionará el trabajo, ni la relación”.
Fue precisamente esa la actitud de la pareja Andrea y Alfredo Castro, propietarios de una empresa de publicidad. “Como nuestra empresa es oficina en casa, al principio sufrimos mucho, porque no lográbamos separar las cosas y trabajábamos hasta el otro día. Después, establecimos horarios para terminar el trabajo, empezar a limpiar la casa y ocuparnos de asuntos personales”, dice él.
Dinero
Talía destaca el asunto financiero y salarial es otro tema muy importante y debe ser tratado antes del inicio del negocio, siempre con la ayuda de profesionales contratados, que no pertenezcan a la familia de ninguno de los cónyuges. “Todo debe ser acordado antes, como el salario fijo de ambos y el dinero de la empresa, siempre basados en el mercado en que la empresa va a operar. Las personas siempre piensan que los socios deben ganar lo mismo, pero eso es mentira. El valor depende de las habilidades y la experiencia de cada uno de ellos, como sucede en otras empresas”, explica.
Andrea y Alfredo también tuvieron que enfrentar ese problema. “La primera decisión fue que teníamos “un dinero” como pareja; y como socios, teníamos que separar, y eso también fue difícil. Lo que era dinero para pagar el alquiler de la casa y lo que era para el alquiler de la empresa”, recuerda él.
Andrea consiguió otro trabajo, pero la sociedad existe hasta hoy y ella continúa con sus responsabilidades en la empresa. “Con ocho años de esfuerzo, nunca pensé en romper la sociedad con ella, porque somos socios, súper sintonizados y equilibrados en todo lo que hacemos juntos”, cuenta Alfredo.
Para la consultora, la amistad es la principal característica, en que está implícita la confianza, cosas esenciales para lograr el éxito en la empresa y en la relación. “El matrimonio es una planta que debe ser alimentada con muchos paseos, conversaciones. La pareja que es socia, cuando están en casa, debe hacer planes para el futuro, pero no hablar de trabajo”, concluye Talía.