Aquí, en el Hemisferio Sur, en un clima húmedo y cálido, tendemos a usar ropa liviana para aliviar el calor. Como podemos ver en la miniserie “Rey David” (foto de arriba) y en otras historias bíblicas realizadas por Red Record, cuyo equipo de producción realizó una intensa investigación sobre las costumbres de la época, era común el uso de gruesa ropa de lana, aunque la historia se base en regiones desérticas. ¿Una vestimenta de tejidos pesados no aumentaría la sensación de calor?
No. Sucede que la lana es un óptimo aislante térmico. De la misma forma en la que mantiene el calor del cuerpo en un día frío, dificultando su liberación, también dificulta el pasaje del calor del desierto al interior de la ropa, manteniendo la temperatura corporal a niveles aceptables.
En el desierto, un área de intenso calor de día (unos 50 a 70ºC) y frío bajo cero durante la noche, la lana se convierte en un tejido versátil. Usar la misma ropa de día y de noche facilita la vida de los pueblos de las regiones áridas, tanto en los tiempos bíblicos como hoy, ya que no tienen facilidad para cambiar de ropa en todo momento, por la imposibilidad de cargar grandes cantidades de equipaje (como en el caso de João Vitti en “Sansón y Dalila”, de Record, en la foto de abajo).
Amplitud térmica
¿Cuál es la causa de tamaña variación de temperatura entre el día y la noche en el desierto?
Durante el día, obviamente, la radiación de luz solar es muy grande en un lugar sin árboles y con bajísima humedad (ella ayuda a regular la temperatura a niveles aceptables, reteniendo calor). La arena recibe la luz solar sin
obstáculos, y se calienta rápidamente. Con componentes como el silicio, conduce bien el calor, pero no lo conserva muy bien. Está caliente apenas recibe sol. Cuando él se pone, la arena pierde rápidamente el calor que recibió durante la claridad, y la temperatura baja drásticamente, pudiendo, en algunos desiertos, fácilmente medirse en grados bajo cero. El vidrio, material hecho del silicio de la arena, muestra esa propiedad. Al llenar un vaso con un líquido bien caliente, es casi imposible agarrarlo sin la ayuda de guantes o un trapo, pues el vidrio recibe rápidamente el calor del contenido. Cuando lo vaciamos, el vaso se enfría rápidamente – al contrario de un recipiente de metal, como una olla, que incluso vacía demora bastante en enfriarse.
Tiendas
La lana usada en el desierto puede provenir de ovejas (la más común del mundo) o de camellos – con la que también se hacen cómodos y durables adornos urbanos modernos que son un éxito entre los más exigentes adeptos a la moda -, además de calzado, tapados y cobertores. Los pelos de algunos caprinos más felpudos, trenzados, también funcionan, pero usados para las tiendas de los pueblos nómades. Lejos de los desiertos de la Biblia, en las regiones montañosas sudamericanas, las lanas de alpaca y llama sirven a la población.
Ventilación y sombra
La ropa bíblica, como la de los pueblos del desierto de hoy, eran amplias y largas. Amplias para permitir que el aire circulara, ventilando el cuerpo, y largas para protegerlo de la insolación. El vistoso turbante cumple una función que va más allá de la decoración: protege al rostro y a la cabeza de la insolación, que puede matar si incide directamente sobre el cuero cabelludo. Otra: una parte puede ser desenrollada para proteger al rostro en las tormentas de arena, en las que los vientos pueden llegar a los 100 kilómetros por hora, arrojando a los granos como incontables pequeños proyectiles cortantes y perforantes.
Colores
Es normal, aún hoy, que la lana oscura sea usada en la ropa interna y los tejidos claros en la externa. Pero también vemos beduinos con ropa negra. ¿Cuál es el motivo?
La lana oscura recibe bastante radiación solar y “asegura” un poco de calor, “prestándoselo” al cuerpo a la noche, lentamente, cuando la temperatura del ambiente cae. Funciona más o menos como un aire acondicionado portátil durante el día, que se convierte en un calefactor a la noche. Cuanto más oscuro es un objeto, más luz absorbe, generando calor (por eso la ropa oscura nos es tan deseada en verano, a no ser que a la persona le agraden). La ropa clara refleja más la luz que recibe, siendo más fresca. De ahí aquel estereotipo de los jeques árabes con sus largos vestidos blancos (color que también denota nobleza en su cultura).
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