Un estudio realizado por psicólogos de la Universidad de Western Sydney, en Australia, identificó algunos motivos por los que las parejas deciden separarse. Más de cinco mil personas, entre hombres y mujeres de entre 21 y 76 años, participaron del trabajo.
Falta de cuidados. Según los entrevistados, el primer motivo para que una pareja se acabe es la apariencia descuidada de su compañero/a. El 63% de los hombres y el 71% de las mujeres creen que la falta de cuidados personales es un fuerte motivo para el fin de la relación.
Pereza. Cerca del 60% de los hombres y el 72% de las mujeres creen que este tipo de comportamiento puede entorpecer el desarrollo de la relación.
Total dependencia del otro. El 57% de los hombres y el 69% de las mujeres piensan que la total dependencia puede perjudicar la vida de a dos, pues a las personas les gusta sentirse iguales en sus relaciones.
Falta de sentido del humor. El buen humor es un ingrediente básico para un matrimonio saludable. Si falta, se convierte en un problema para la pareja. Por eso, la mitad de los hombres encuestados y el 58% de las mujeres afirmaron que el mal humor puede terminar con una relación amorosa.
Relación a distancia. Según el estudio, el 51% de los hombres y el 47% de las mujeres creen que estar lejos de la persona con la que se relacionan puede ser el motivo por el cual la pareja se termine.
Mantener la relación no es fácil, pero entre otras cosas se necesita que los integrantes de la pareja sean menos egoístas y, en vez de mirar para lo que el otro no hace, es mejor ver qué es lo que se puede hacer para cambiar la situación.
Si usted quiere que su relación funcione, dedicarle tiempo de calidad es el primer paso. Si eso no es una prioridad, el amor no prevalecerá. No deje que la relación ocupe el último lugar en su vida.
“Me indignaba el estado de mi matrimonio”
Ramona Coronel no era feliz, los problemas matrimoniales, de salud y económicos le quitaban la paz. Había peleas con mucha frecuencia, la relación estaba en crisis y la separación era inminente. “Estaba muy angustiada y triste porque mi esposo estaba en los vicios de la droga y el alcohol, era mujeriego y salía siempre. Yo sufría mucho con esa vida. Él llegó a golpearme porque era muy celoso. La situación que vivía me llevó a la depresión”, cuenta.
Al participar de las reuniones fue aprendiendo a enfrentar los problemas, “me decidí a luchar por mí y por mi esposo y Dios obró en nosotros desde el momento en que deposité mi fe materializada en el Altar en la Hoguera Santa de Israel. Ahí las cosas cambiaron radicalmente. Mi esposo fue libre de los vicios y cambió, también pudimos comprar nuestra casa y tanto yo como mi hija fuimos sanadas. Hoy el matrimonio está bendecido y mis hijos son felices, disfrutamos el tiempo que pasamos en familia”.
Todos los jueves a las 16 y 20 h te esperamos en la Terapia del amor, Av. Corrientes 4070, Almagro.
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