Muchas personas se quejan de que no son felices en el amor, pero son pocas las que aprovechan cada enseñanza para trabajar en su interior, En el caso de Aidé y Víctor, ellos llegaron solos y muy heridos a Terapia del Amor pero encuentro tras encuentro aprendieron a confiar en sí mismos y a madurar para formar una pareja que se complemente.
Primero reconocieron que necesitaban ayuda para superar las heridas del pasado. Luego de participar de varios encuentros se conocieron y formaron un matrimonio sólido con el que se sienten realizados.
Resultados de la Terapia del Amor
“Yo llegué sola a la Terapia del Amor, era madre soltera. Estaba muy triste, quería volver con el padre de mi hijo, pero él tenía otra familia. Al tiempo tuve otro fracaso sentimental. Me sentía vacía, sola y triste, entonces quería llenar ese vacío cambiando constantemente de pareja porque ya no me valoraba como mujer.
Intentaba relacionarme con otros hombres, pero cada vez que yo me enamoraba, ellos no o viceversa. De todas mis hermanas yo era la única soltera, llegué a los 40 siempre con fracasos y esto me hacía poner más triste”, cuenta Aidé.
“Yo llegué a la Terapia viudo, estuve casi dos años solo, intenté varias veces relacionarme, pero siempre me iba mal. En mi aterior matrimonio estaba anulado, era muy callado, estaba triste, era muy frío, por lo que hubo infidelidades. Con el tiempo fui conociendo a otras mujeres, pero no quería un compromiso. Cuando conocí la Terapia del Amor me di cuenta de que había heridas y traumas que no había superado. La primera vez que participé me acuerdo que sentí mucho dolor, de a poco fui sanándome. Al principio tuve ansiedad de tener una pareja, pero después me concentré en mí y busqué a Dios. Hice todo de a poco, primero busqué la confianza en mí mismo que necesitaba porque no me sentía preparado para estar con alguien, tenía miedo y dudas.
Cuando la conocí a ella empezamos de a poco, comenzamos hablando y luego empezamos a conocernos. Al tiempo nos pusimos de novios y a los nueve meses de noviazgo decidimos casarnos. Hoy mi vida es muy diferente a la que tuve en el pasado, encontré un amor que me llena y me hace más feliz de lo que había logrado ser luego de sanar mi interior”, afirma Víctor.
La clave de su amor está en que ambos decidieron curar su corazón y perdonar en primer lugar. Cuando ellos estaban fortalecidos, se conocieron y la relación fluyó con naturalidad. “Estamos por cumplir dos años de casados y tuvimos un hijo, algo que nunca imaginamos que nos podía haber pasado. Dios me dio más de lo que Le pedí, nunca pensé que iba a conseguir un hombre como él. Somos muy felices”, finaliza sonriendo junto a su esposo.
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