Denomínanos “molestas” a las personas que tienen un comportamiento desagradable en la convivencia con las demás. Del tipo inconveniente e inadecuado realmente.
Están aquellas que tiene “molestia crónica”, pero la gran mayoría sufre tan solo en algunos episodios esporádicos. Lamentablemente, en ambos casos, normalmente, quien está del lado de afuera lo percibe rápido, pero el portador de la molestia es el último en darse cuenta.
Por lo tanto, si usted tiene dudas si es o no una persona molesta, analice las situaciones de abajo y vea si se identifica con alguna de ellas. Si usted se encuadra en una o más alternativas, lo mejor es tratarse y corregirse inmediatamente:
*Se queja de la vida, del trabajo, del tránsito, de la familia, de la iglesia… En fin, son reclamantes de guardia, cualquier pretexto es un motivo para comenzar a apuntar el dedo hacia el lado negativo de las cosas, pues sus ojos no logran enfocarse en lo positivo;
*Solamente usted tiene la razón, para eso, defiende su punto de vista e intenta convencer a los demás de que ellos están equivocados. Oír a los otros no es su fuerte;
*Sus temas son siempre los mismos. Que haya paciencia para soportar;
*Siempre es curiosa y no controla la inconveniencia, al punto de disparar preguntas impropias sobre el salario, intimidades, vida sentimental, etc.;
*Le gusta dar “lecciones morales” a las personas y no se preocupa en, al menos hacerlo discretamente;
*Le gusta decir los defectos que las personas quieren disfrazar, es como el granito en la punta de la nariz, la verruga que comenzó a crecer, la ojera que usted y todo el mundo saben que quedarían perfectas en un panda, el abdomen que está hinchado.
La lista de molestias es enorme. Si continúo, el texto será muy largo y usted probablemente no lo leerá hasta el fin. Pero, para terminar, me gustaría comentar un hecho que me sucedió. No llegó a ser una gran molestia, pero fue un poco inconveniente. Quiero compartirlo, pues sé que muchas personas deben pasar por eso. Una persona se acercó y me dijo así: ¿Te acuerdas de mí? Nos conocimos hace 18 años, allí, en Rio de Janeiro.
Yo coloqué todas las neuronas a trabajar, pero aquellos segundos fueron difíciles para mí. ¿Cómo le diría que no me acordaba de ella y ni de su nombre? No quería entristecerla, pero ella me colocó en una situación incómoda. No se debe hacer eso con nadie, mucho menos con un mujer de arriba de los 40 años.
No hay ningún problema en detener a las personas para conversar, pero eso podría ser hecho de otra forma. Por ejemplo “Hola, mi nombre es fulana de tal. Nos conocimos hace 18 años en Rio de Janeiro…”¿No sería mucho más fácil recordar y desarrollar una conversación?
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