La realidad es que todos somos bombardeados por malos pensamientos. No importa cuán madura sea la persona en su fe, el diablo no se cansará de darle ideas para que tenga actitudes que la alejen de Dios.
“Todos nosotros ?hasta los apóstoles, profetas, siervos de Dios y héroes de la fe? fuimos alcanzados por los pensamientos del diablo.” Dijo el Obispo Edir Macedo en un video que publicó en la red social Facebook, como respuesta a la pregunta de un cristiano que estaba siendo atormentado por las malas semillas que germinaban a causa de sus emociones. “¡Incluso el Señor Jesús fue tentado! Si satanás intentó con Él personalmente, ¿no hablará con nosotros? Y él habla a través de pensamientos, ideas, cosas que vienen a la mente humana.”, afirmó.
El diablo es astuto. Él sabe que el pecado comienza en los pensamientos, que determinan como actuamos y que traen el bien o el mal. Sin embargo, a pesar de que ni el Señor Jesús en persona pudo impedir ser tentado (Mateo 4:1-11), Él enseñó cómo hacer para no dejar que las ideas diabólicas, sopladas en los oídos de los seres humanos, echen raíces en la mente y generen actos de los cuales se arrepientan: “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.” (Santiago 4:7)
“Es así, como dice la Biblia.”, enfatizó el Obispo Macedo, “El diablo no está en la mente, pero sopla a los oídos de las personas sus pensamientos. Sin embargo, cuando la persona tiene el Espíritu Santo, los rechaza, resiste, toma una actitud y decide reprenderlos. Ella alaba a Dios.”
Reacción inmediata
El Obispo contó una experiencia personal que ejemplifica bien lo que enfrenta el cristiano que pidió este consejo y le enseñó como debe actuar inmediatamente: “Recuerdo algo que me sucedió, y no fue solo una vez. Yo tenía pensamientos sucios con relación al sexo. Entonces, el Espíritu Santo me reveló como resistir. Respondí: “Mira satanás, presta atención, cada vez que me pongas esos pensamientos, glorificaré al Señor Jesús.”
¿Por qué actuar de esa manera? El Obispo explicó: “porque nada deja al diablo más nervioso, enojado, que usted adore a Dios. Satanás quiere que la persona se quede lamentando, llorando, comentando cosas malas con los demás. Eso lo glorifica”
¿Y cómo actúa el príncipe de las tinieblas? “El pecado en sí mismo no es tentación, sino caer en la tentación. El diablo intenta. Si lo logra, se queda. Si no, se va. Al actuar así, se terminaron esos pensamientos sucios. Ahora bien, cuando ellos vienen, no les doy importancia. Yo tengo la certeza de que Dios está conmigo, porque yo estoy con Él.”, mencionó el Obispo.
¿Pero, cómo hacerlo? El hombre que predicaba en una glorieta sucia de una plaza y que levantó, a partir de allí, una Iglesia de alcance planetario, enseña actitudes inmediatas al momento en que los malos pensamientos vienen sobre nosotros: “Aunque usted esté en medio de mucha gente, en algún lugar y no tuviera como arrodillarse o levantar los brazos hacia Él, puede decir en su mente: Mi Dios, yo te alabo y agradezco porque tengo a Jesucristo como mi Señor y Salvador, que me lava de todo el pecado.”
Proteja su mente
Es precisamente en la mente, el campo de batalla preferido del diablo, donde se lo debe combatir. Si está ocupada con los pensamientos divinos, no habrá espacio para los pensamientos malos. Y quien tiene el Espíritu Santo, tiene acceso a los pensamientos divinos.
El apóstol Pablo también nos dejó una orientación: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.” (Filipenses 4:6-8)
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