- Reconocé el origen del pensamiento
Muchos pensamientos negativos no vienen de vos, sino del mal, de los sentimientos que se basan en las emociones, de circunstancias negativas que generan miedo, enojo, ansiedad, frustración y dudas.
También pueden venir de personas que critican, desprecian o maltratan.
El propósito de esos pensamientos es destruir tu Fe, Identidad, Esperanza, Amor y tu Comunión con Dios:
“El ladrón solo viene para robar y matar y destruir…”. Juan 10:10
Orientaciones prácticas:
- Cuando un pensamiento te acusa, te humilla o te hace sentir inútil, no lo aceptes como propio. ¡Rechazalo en el Nombre del Señor Jesús!
- Si lo aceptás o lo ignorás, puede echar raíces en tu mente y transformar tu forma de ser en alguien que no sos, ni querés ni debés ser: una persona insegura, retraída, miedosa y negativa.
- Llená tu mente con la Palabra de Dios
Siempre les enseñé esto a mis hijos y al pueblo: la mejor manera de combatir pensamientos negativos y mentirosos es reemplazarlos por la Verdad de la Palabra de Dios:
“… que seáis renovados en el espíritu de vuestra mente”. Efesios 4:23
Orientaciones prácticas:
- Memorizá Versículos que afirmen tu identidad como Hijo o Hija de Dios.
- Meditá a diario en pasajes que hablen del Perdón, del Propósito y de los Valores Espirituales.
- Dios me Reveló un método infalible: leer Su Palabra en voz alta, para que tu mente escuche la Verdad en tu propia voz. Lo practico desde mi adolescencia, y funciona.
- Hablá con fe, no con emoción
No repitas lo que sentís; repetí lo que creés.
Repetí lo que Dijo el Creador, y que está Escrito en Su Palabra.
La Fe se activa cuando decís lo que Dios Dice, no lo que tu corazón siente:
“… diga el débil: Fuerte soy”. Joel 3:10
Orientaciones prácticas:
- Declaralo en voz alta:
“Soy perdonado”.
“Soy libre”.
“Soy útil para Dios”.
“Soy fuerte en el Señor”.
“Soy importante para mi familia”.
Completá esta frase: “Necesito reafirmar que soy: _______________”. - No digas frases como:
“No sirvo”, “No soy importante”, “No puedo”, “Nunca seré feliz”, “No soy capaz”, “A Dios no Le importo”. - Hablá como quien cree en la Promesa, no como quien vive por emociones.
- Rodeate de buenas influencias
Los pensamientos negativos crecen cuando te exponés a malas conversaciones, críticas, comparaciones y ambientes tóxicos:
“Por tanto, someteos a Dios. Resistid, pues, al diablo y huirá de vosotros”. Santiago 4:7
Orientaciones prácticas:
- Leé el libro Cómo vencer nuestras guerras por la fe.
- Acercate a personas que te edifiquen espiritualmente.
- Escuchá enseñanzas que fortalezcan tu Fe.
- No te pierdas las reuniones de los Domingos por la mañana y los Miércoles.
- Evitá redes sociales, contenidos o amistades que te hagan sentir menos.
- Escuchá al Obispo Macedo en Unife TV, Red Aleluya, o Instagram, y a Viviane en Univer Video.
- Orá con sinceridad y autoridad
No ignores los pensamientos negativos.
Orá contra ellos, con fe, sinceridad y autoridad espiritual.
Y algo más: no necesitás contárselo a nadie:
“… echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros”. 1 Pedro 5:7
Orientaciones prácticas:
- Hablá con Dios abiertamente sobre lo que estás sintiendo.
- Pedí que el Espíritu Santo te llene de valentía para hacer lo correcto, más allá de lo que sentís.
- Usá la autoridad espiritual para reprender cualquier pensamiento que no provenga de Dios.
- Así vas a recibir la Paz y Seguridad que solo Dios puede dar.
Conclusión: Tu mente debe estar en el Altar
Tu mente, como la mía, no puede estar en las múltiples distracciones de esta era digital: consumismo, malas noticias, vanidades, violencia o discriminación.
No dejes que tu corazón se sobrecargue de sentimientos y emociones. Limpialo cada día.
Nuestra mente debe estar llena de pensamientos del Altar, guiada por la Palabra y el Espíritu Santo:
“Y el Dios de Paz os santifique en todo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible…”. 1 Tesalonicenses 5:23
Espero que este mensaje te haya ayudado.
Dejá tu comentario y compartilo con alguien que necesite aprender a vencer los malos pensamientos.
Hasta el próximo post.
¡Nos vemos en la IURD o en las Nubes!
Obispo Julio Freitas
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