“Obispo, tengo un cargo de gran responsabilidad en la empresa que trabajo, pero no he logrado ser un verdadero líder, tomar las riendas en mi vida profesional ni en la personal. ¿Cómo debo actuar?” – Amigo
Respuesta:
Cualquiera puede tener el control y liderazgo de su vida, si frente a las adversidades decide ser positivo en lugar de ser negativo.
Asumir el control de su propia vida es de suma importancia para aquellos que anhelan el éxito, la felicidad y un lugar destacado en la sociedad. Un mal control de la vida personal y familiar repercutirá en todos los aspectos de la vida del ser humano, incluyendo el área profesional.
Ejercer el control de la vida quiere decir tener una dirección, una autoridad y una visión positiva de la realidad. Es la forma que actuamos, que reflexionamos, sentimos y enfrentamos la vida diariamente, todo sucede a partir de los juicios que formamos, esencialmente del concepto de vida. Es una conexión de causa y efecto.
El buen líder acostumbra actuar con el mismo grado de auto exigencia, de búsqueda de la exigencia individual y del comportamiento ético, en todas las zonas de actuación. Cuando el individuo es positivo tiene el control y el liderazgo de su propia vida, porque no vive de sentimientos ni de ilusiones. Sus decisiones están fundamentadas y logra traspasar de una forma brillante las adversidades.
(*) Respuesta extraída del blog del Obispo Júlio Freitas