Es imposible evitar los sucesos negativos. Sin embargo, muchas, ante ellos, no logran olvidarse de los hechos, no logran perdonar a quienes les hicieron algún daño, no superan un error, una pérdida o no se desprenden de relaciones o de amistades que no funcionaron, por ejemplo. Y todas esas prisiones hacen que no tengan perspectivas para el futuro.
¿Cómo saberlo?
En el caso de que usted se pregunte si está atada o no a algo del pasado, vea las características que se detallan a continuación. Estas la pueden ayudar a identificar en qué situación se encuentra:
Es nostálgica: recuerda todo el tiempo lo que era bueno para usted en el pasado y no logra ser feliz en el presente.
No planifica: tiene mucha dificultad de planificar el futuro y se detiene en el tiempo.
Solo habla del pasado: al conversar con alguien, el tema siempre es el mismo: revivir lo que ya pasó.
Desarrolló traumas: siente que algo la hirió mucho y no logra sanar esa herida.
Está insegura: ese sentimiento hace que usted no intente nada nuevo o se arriesgue. Si fue traicionada, por ejemplo, tiene dificultad de confiar nuevamente.
Cómo vencer
Tal vez se haya identificado con alguna de estas situaciones, pero se pregunta cómo vencerlas. Sepa que el Único que puede ayudarla es el Espíritu Santo, con Su accionar y Su poder.
En las Sagradas Escrituras hay varios fragmentos que Dios dejó para ayudar al ser humano y hacer que no acepte estar sujeto a lo que le sucedió, sino que luche para cambiar sus decisiones y para superar las pérdidas y frustraciones, de la misma manera que se describe en Isaías 43:18: “No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas”.
Sepa que cuando usted renuncia a todo lo que la ata, reconoce que necesita ayuda, y entrega todo a los pies del Señor Jesús, lo que le aflige ya no tiene más poder sobre usted.
El Espíritu Santo es la fuente de vida y, por eso, es capaz de fortalecerla a usted para que se levante y siga su caminata sin mirar hacia atrás. Solo Él es capaz de sustentarla para que solo logre mirar hacia adelante. Con el Espíritu Santo, usted puede obtener el discernimiento y la sabiduría para despojarse de todo y depender solo de Dios. De esta manera, usted sabrá actuar, evitar errores y también superar eventuales decepciones que puedan suceder. Recuerde: Él nunca la entristecerá.