¿Usted ya tuvo un jefe que no brindaba las condiciones necesarias para la realización de su función o que actuaba de forma grosera con todos los empleados? Si su jefe no se comporta de la forma como usted espera, sepa que es posible revertir ese cuadro a su favor.
Tal vez la primera actitud que un empleado tenga al enfrentarse con esa situación sea quejarse. Esa práctica puede traer perjuicios para el trabajador, porque contribuye para que sea mal visto. Es lo que explica el presidente del Instituto Brasileño de Coaching (IBC), José Roberto Marques. “El colaborador que prefiere enfocarse en los aspectos negativos de la empresa y de su superior no tiene interés de hacer un buen trabajo, porque solo se muestra insatisfecho”, afirma. Además de eso, ese comportamiento perjudica el buen funcionamiento de cualquier carrera, pues el profesional no percibe en qué puede mejorar. “Él no ve sus fallas, ya que se enfoca en los errores de los otros. Ese tipo de empleado es el último en crecer jerárquicamente. La empresa no confía en él, porque él prefiere hablar mal de todo”, advierte el especialista.
En el caso que no sea posible cambiar de empleo o de jefe, comience a ver esa dificultad como una oportunidad de aprendizaje. “Las situaciones desagradables pueden transformarnos en profesionales preparados para lidiar con los desafíos que el mercado de trabajo exige. Preste atención a los consejos de su jefe cuando él le pida algo y sáquese sus dudas para la buena ejecución del servicio”, aconseja.
Para ser un mejor profesional, Marques explica que vale la pena pedir la opinión a los compañeros con más experiencia y organizar siempre las tareas diarias. “Haga también un plan de sus actividades, verificando el paso a paso de cada proceso que ejecute. De esa manera, usted tendrá más claridad de las fallas existentes en su jornada de trabajo y sabrá qué hacer para evitarlas “, sugiere.
La coordinadora de Tecnología de la Información (TI) Elis Cristina Leopoldo (Foto de al lado), de 40 años, enfrentó desafíos con el jefe. Además de ser ausente, él no le daba las indicaciones correctas y le exigía tareas que no había ni si quiera solicitado anteriormente. “Yo cuestionaba sus actitudes. ¿Qué tipo de gestión es? ¿Somos un equipo, todo equipo tiene un líder y este líder nunca está presente en las situaciones críticas?”, recuerda.
Elis se dio cuenta que esa actitud no traía resultados y, por eso, decidió actuar de forma diferente. “Comencé a no quejarme más y, en vez de criticar sus posturas, decidí ser proactiva. Si él no me daba las pautas, yo organizaba mis actividades y buscaba ayuda dentro del sector de TI, con compañeros que tenían más experiencia. Así, realizaba mis tareas sin perjudicar la empresa”, cuenta.
Después de esa experiencia, la coordinadora festeja los buenos resultados. “Mi trabajo tuvo el reconocimiento de directores, gerentes e incluso del vicepresidente del TI. Yo sería la única perjudicada si me quedaba quejándome y actuando con inseguridad. Aprendí que necesitamos enfrentar los desafíos”, reconoce.
Enfocarse para cambiar la situación es importante, pero el coach aclara que el profesional debe estar atento para ver cuándo es momento de buscar otro empleo. “No sirve permanecer en un lugar donde no estamos felices y realizados. Si usted nota que el trabajo no contribuye para alcanzar sus objetivos y no le trae crecimiento a su carrera, es mejor pensar en buscar otra función”, aconseja.
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