Este proceso es muy difícil, pero reaccionando correctamente, lo podés vencer y te vas a hacer más fuerte.
El término «desierto» es muy utilizado en el ámbito cristiano para referirse a un período difícil, de luchas, escasez y la sensación de que Dios no escucha tus oraciones. Pero, por más difícil que sea atravesar esta etapa, este momento te hace más fuerte y trae valiosas enseñanzas. Sin embargo, tenés que reaccionar de la manera correcta para que te bendiga.
Entendé:
Hay desiertos a los que el propio Dios nos lleva para madurar, aprender y evolucionar espiritualmente. Él quiere hacer cosas grandes en las vidas de las personas a las que lleva al desierto.
El desierto es un período de escasez, en el que aprendés a valorar las cosas simples, no hay desperdicio. Valorás pequeñas cantidades de dinero que, cuando estabas bien, ignorabas. En el desierto no tenés cosas grandes, ni grandes contratos, ni siquiera sabés cómo será el mañana. Todo está contado, luchás para sobrevivir, para no ser desalojado, para mantener a los empleados. Muchas veces sos avergonzado, pasás necesidades, sos probado y enfrentás dificultades que nunca imaginaste. Pero, al mismo tiempo, aprendés a depender de Dios y de tu fe.
Por eso:
Tenés que aprender a actuar y reaccionar de la mejor manera, porque de eso depende tu salida del desierto con la victoria en tus manos.
En el desierto estás más sensible para escuchar la Voz del Altísimo, pero el diablo también hablará, trayendo miedo y duda, como lo hizo con Jesús (Mateo 4:1-11). Y vos decidís a quién vas a escuchar.
Tené en cuenta esto:
La murmuración o queja es una de las cosas que abre una brecha para que el diablo te mantenga atrapado en el desierto, porque debilita tu fe y desagrada a Dios.
Cuando te quejás, terminás alimentando el mal, te volvés débil, sos destruido. Quien tiene este espíritu de murmuración dice muchas tonterías, es amargo, no logra agradecer por nada, ofende a Dios y duda de Él después de que hizo tanto en su vida. ¿De cuántas situaciones te libró? ¿A cuántas personas malas alejó de tu vida? En lugar de quejarte, aprendé a glorificar a Dios, a tener un espíritu de gratitud, a agradecer por todo.
Recordá:
El desierto es para tu bien, para madurarte, enseñarte y hacerte más fuerte. Permanecé firme, aferrate a las promesas de Dios y vas a salir del desierto aprobado.
Participé:
La reunión “Prosperidad con Dios” se realiza los lunes en el Templo de los Milagros a las 8 h, 10 h, 12 h, 16 h, y 20 h.
También podés participar en la Universal más cercana a tu domicilio. Encontrá la dirección acá.