Recién se despierta y lo primero que hace es estirar el brazo para alcanzar su celular, que prácticamente duerme a su lado, y chequear los mensajes o algo que pudiera haberse “perdido” mientras dormía. Pasa rápidamente por las redes sociales, coloca “me gusta”, comparte algo y manda un mensaje a un amigo que cumple años. El detalle que podemos observar es que hace todo eso antes de bajar los pies de la cama.
Actualmente, escenas como esta son cada vez más comunes en la vida cotidiana de muchas personas. De hecho, no podemos negar que la tecnología nos proporcionó muchísimas ventajas y facilidades para realizar una serie de cosas, sin embargo, cuando la persona pasa a vivir a merced de ella, desde el momento en que se levanta hasta la hora en que va a dormir es, sin lugar a dudas, algo preocupante.
Conectado las 24 horas
Si usted es de los que viven conectados día y noche, mañana y madrugada, y no consigue imaginarse “offline” ni por un segundo, probablemente forma parte de las estadísticas de los adictos a internet que hoy, según datos de la Universidad La Salle, en Estados Unidos, son más de 50 millones de personas en el mundo.
Esa influencia puede estar afectando otras áreas de su vida, como la salud y las relaciones sociales, tanto profesionales como personales. Por esa razón, quienes desean frenar esa dependencia de la tecnología, en diferentes puntos del planeta están viviendo la nueva edición del Ayuno de Daniel para cambiar sus hábitos y tener una nueva vida.
Si usted se sintió identificado con esta situación aproveche la oportunidad que trae el Ayuno de Daniel para todos los que deciden participar de él. Se trata de un propósito especial que comenzó el 29 de enero y durará 21 días. Como en las ediciones anteriores, y basado en el capítulo 10 del libro de Daniel, en la Biblia. Por 21 días, Daniel, decidió ayunar para buscar el favor de Dios, sabiduría y entendimiento.
Quien decida participar debe permanecer alejado de todo tipo de entretenimiento, información secular, incluso de internet y las redes sociales, que solo absorben el tiempo de las personas con temas que no edifican ningún aspecto de sus vidas.
Nunca es tarde para cambiar, usted también puede ser una de las personas beneficiadas, como sucedió con cientos de miles que participaron del Ayuno de Daniel en ediciones anteriores.
Piense, ¿qué podría ser más importante para usted que su propia vida? Nada. Pero, ¿por qué? Porque esta es realmente el centro de nuestra existencia. Sin embargo, ¿quién podría darnos esa vida? Tan solo el Espíritu de Dios, que es el Espíritu de la Vida.
Solo entonces pasamos a tener la verdadera vida, pues recibimos una nueva mente y un nuevo corazón, ya que comenzamos a pensar como Dios piensa, a sentir como Dios siente y a actuar como Dios actuaría si estuviese en nuestro cuerpo físico.
Entonces, prepárese, prográmese, para sumergirse en este Ayuno sagrado y santo, el Ayuno de Daniel.
¿Es fácil?
No, muy por lo contrario, si nunca realizó los 21 días del Ayuno, va a exigir de usted una fuerza sobrehumana, la voluntad suprema de separarse, en el transcurso de los 21 días, de todo lo que lo ha sujetado a este mundo y que no le permite “apegarse” a Dios.
Pero, ¿con qué objetivo? El Ayuno de Daniel es el balance, tan necesario, que debemos hacer de nuestra propia vida, para que analicemos y reflexionemos sobre en qué la estamos “gastando”. Sí, porque la vida tiene “fecha de vencimiento”, y lo que hacemos con ella pesa, ocupa espacio, tiene consecuencias. Pues muchos han gastado su vida en el pecado, en el error, en las injusticias. ¿Y lo que sobra? Si hace las cuentas, podrá observar que está en débito, cuestionándose: “¿Dios será capaz de borrar mi pasado y de hacer de mí una nueva criatura?”
Existe una figura bíblica ejemplar y que retrata bien esta Capacidad Divina: el apóstol Pablo. Él no nació siendo cristiano, fervoroso o fiel a Dios. Todo lo contrario. Conocido como Saulo de Tarso antes de su conversión, su principal “pasatiempo” era perseguir y matar a los cristianos. ¿Cuál fue esa transición que hizo pasar de perseguidor a perseguido a uno de los apóstoles más predominantes del cristianismo? El Espíritu Santo.
Antes de que el Espíritu Santo lo llenara, Saulo consintió la muerte de Esteban, atormentaba a la Iglesia, entraba a las casas, arrastraba a hombres y a mujeres y los encerraba en la cárcel (Hechos 8:3). No era solamente un pecador, él sentía y exteriorizaba un verdadero odio por todo lo que se refería a Cristo.
“… Hermano Saulo, el Señor Jesús, que Se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo. Y al momento le cayeron de los ojos como escamas, y recibió al instante la vista; y levantándose, fue bautizado. (…) Luego Saulo comenzó a proclamar en las sinagogas que Jesús es el Hijo de Dios. Todos los que lo oían se quedaban asombrados, y decían ¿No es este el que andaba persiguiendo en Jerusalén a los que invocan el nombre de Jesús?”, (Hechos 9:17-18; 20-21).
La conversión de Pablo cambió radicalmente el curso no solo de su vida, sino también el de la fe cristiana. Con sus actividades misioneras y obras, Pablo colaboró con la liberación de personas sinceras, que eran esclavas de las creencias religiosas de su época y de las que surgieron a lo largo de la Historia de la Humanidad a causa de las enseñanzas sobre la Vida y Obra de Jesús, Su muerte y resurrección.
Esta es su oportunidad
No se deje engañar, pensando que los 21 días serán mucho, porque participando o no del Ayuno de Daniel, estas 3 semanas pasarán. Pero los que participen con determinación y sinceridad terminarán transformados, renovados y bautizados con el Espíritu Santo. Esta es su oportunidad.
Si usted conoce a alguien que dice creer y ser de Dios, pero su vida no revela al Dios Vivo, pues su existencia está muerta, apagada, invítelo a participar juntamente con usted.
Participe del Ayuno de Daniel, para que el Espíritu Santo repose sobre su vida y haga de usted Su morada.
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