Medite en estos cinco consejos y aprenda las cualidades que debe tener para lograr la conquista económica que desea.
1.- Sea valiente y vigoroso. La valentía se asocia a la fuerza, pero en este caso, no es la fuerza física, sino la fuerza interior, la capacidad de reacción ante los problemas que aparecerán en su día a día. En el mundo de los negocios, una persona que no tiene coraje, que es débil, miedosa, no progresa, es más, será pisoteada todos los días.
2.- No se acomode. No desista fácilmente en las guerras diarias. Eso se logra a través de un espíritu competitivo. Quien no lo tiene, nunca logrará llegar a ningún lado. Usted debe soñar con ser el primero en todo lo que hace, no sirve competir por el simple hecho de hacerlo. Si va a entrar en el mercado, lo hará para ser el mejor.
3.- Transmita confianza al hablar. Transmita seguridad al hablar. Imagínese en una entrevista laboral. ¿Cómo le iría si transmite inseguridad, miedo y dudas? Si, en cambio, es firme al hablar y demuestra certeza en sus palabras, difícilmente permanecerá sin trabajo. Lo mismo sucede a la hora de vender un producto. Si usted muestra confianza a la hora de presentar su producto o servicio, estimulará la contratación o la compra.
4.- Sea simpático. Una sonrisa puede concretar una venta, provocar un cambio en la relación con los empleados, conseguir un objetivo, ablandar a una persona… ¿Qué cuesta ser gentil? Quien no está listo para cambiar, no está listo para vencer. Los mejores vendedores son los más simpáticos, los más gentiles. El liderazgo se desarrolla basado en relaciones, porque nadie crece solo.
5.- Busque que Dios esté con usted. De nada sirven ninguno de los otros cuatro pasos si este último no se cumple. Dios toma todos sus talentos y genera una oportunidad para que usted tenga éxito. Sin Él, el progreso será imposible.
Ellos vencieron
Rubén: “Llegué al Congreso para el Progreso endeudado, con mi empresa quebrada y sin trabajo. No podía pagarle a los empleados ni a los proveedores, estaba en la ruina. Llegué a trabajar a cambio de comida para poder mantener a mi familia.
Hoy, gracias a Dios la situación cambió. Pagué las deudas, mi empresa está prestando servicios y tengo empleados nuevamente”.
Claudia: “Antes de conocer el Congreso para el Progreso estaba insatisfecha con mi vida económica, había estudiado y no podía ejercer mi profesión como quería. Gracias a Dios, perseverando todo fue cambiando, ascendí en la empresa en la que trabajaba y también abrí mi estudio contable. Terminé mi casa, mis hijos están estudiando en establecimientos privados y gracias a Dios no nos falta nada”.
Congreso para el progreso, todos los lunes a las 8, 10, 16 y especialmente a las 20 h en Av. Corrientes 4070, Almagro.
[related_posts limit=”17″]