¿Quien nunca sintió ese frío en el estómago al aceptar un nuevo desafío? Lo desconocido provoca inseguridad, miedo y hasta una elevación en nuestro nivel de estrés, como muestra una reciente investigación realizada por la University College London, en Inglaterra, con 45 participantes. Según el estudio, nos sentimos más ansiosos y estresados con la presión de lo desconocido que cuando ya sabemos que algo malo está por suceder.
En el experimento, los voluntarios participaron de un juego en la computadora en el que pasaban por encima de las rocas. Ellos tenían que adivinar si había cobras debajo de alguna de ellas o no. Cuando presentían, seleccionaban las rocas que podían tener cobras escondidas. Si acertaban, los participantes recibían una suave descarga eléctrica en la mano.
Los científicos descubrieron que las personas estaban más estresadas cuando no sabían si iban a recibir la descarga que cuando estaban seguras. “Nosotros vimos exactamente los mismos efectos en nuestras funciones fisiológicas; las personas sudaron más y sus pupilas eran más grandes cuando estaban más inseguras”, afirmó Archy de Berker, autor del estudio.
Elimine el miedo
Los sentimientos de inseguridad siempre intentarán inhibirnos delante de lo nuevo, ya sea delante de la propuesta de un empleo mejor, de la idea de mejorar nuestros conocimientos, de la oportunidad de abrir nuestro propio negocio o incluso al comenzar una relación. Los desafíos están en todos lados y el miedo también. Sin embargo, no podemos llevarnos por los sentimientos o por señales emitidas por nuestro cuerpo delante de lo desconocido.
“Encuentre placer en el desafío, en la superación. Cuando una oportunidad imperdible aparezca, aprovéchela, simplemente por ser uno de los únicos que salieron de la inercia”, enseña Jadson Edington, autor del libro “50 Tonos para el Éxito”.
Optar por lo que es cómodo, familiar y rutinario parece ser la elección más fácil y simple. Pero ¿realmente desea eso para su vida? ¿Qué placer hay en tener una vida sin desafíos, sin novedades y sin metas? Sí, porque cuando nos acomodamos es como si no tuviésemos más objetivos para alcanzar; lo que viene a nuestras manos ya es ganancia. Y en el fondo sabemos que no es eso lo que queremos para el futuro.
“Una vez que se acostumbre a salir de su zona de comodidad, será más fácil ampliar sus horizontes y cambiar su vida. Basta entender que es posible y que el control de eso fue entregado por Dios en sus manos”, explica Jadson.
No espere solamente
Muchas personas tienen la costumbre de, cuando le preguntan sobre determinados objetivos, responden: “Estoy esperando la respuesta de Dios.” Sí, está bien pedir la dirección de Dios en todo. Sin embargo, muchos creen que la oración es suficiente, pero hay momentos en los que la actitud es lo que va a garantizar la respuesta final.
“Sepa usar su fe de acuerdo con el momento. No ore cuando hay que tomar actitudes, ni tome actitudes sin tener la certeza de la voluntad de Dios. Hay personas que mueren sin ver las promesas de Dios cumplirse, por falta de actitud de la fe”, aconseja el obispo Edir Macedo en el libro “El Pan Nuestro para los 365 días”.
¿Cuál es su sueño? Láncese, sin miedo a lo desconocido.
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