El área de ventas es vista por muchos como el sector de las oportunidades. Por el hecho de no haber prerrequisitos en cuanto a la formación para que la persona desempeñe la función de vendedor, muchos invierten en ese campo, por ejemplo, cuando buscan el primer empleo, si buscan un cambio de ambiente o porque están buscando reposicionarse en el mercado. De todos modos, hay aspectos que necesitan observarse para tener éxito como vendedor.
Según el consultor y escritor Erik Penna, el hecho de no necesitar formación específica es una paradoja. “Es una oportunidad y también un riesgo. Eso no quiere decir que el profesional no tenga que prepararse. La formación de un vendedor se da en la práctica, por eso las empresas deben invertir en entrenamiento y capacitación”. La experiencia, sin embargo, cuenta para que el vendedor tenga éxito en su función y el esmero también es importante. “Uno de los mayores errores es que el profesional crea que sabe todo. Ahí el queda estancado”, dice el consultor.
Para el especialista el buen vendedor tiene que tener conocimientos, habilidades y actitud. “Conocimientos sobre la empresa y los productos para abordar al cliente con seguridad, habilidad técnica para ver sus necesidades y atención con actitudes excelentes son fundamentales”.
Lunes de Dirección de Dios a las 16 h y 20 h en Av. Corrientes 4070, Almagro.
Resultados de la cadena de los días lunes
Cristian: “En la empresa familiar teníamos muchas trabas para crecer. Si bien teníamos trabajo, la plata no rendía. Comencé a participar los lunes en el Congreso para el Progreso y recibí la Dirección de Dios. Perseveré y empezamos a tener cada vez más trabajo y a conquistar las metas que nos proponíamos. Conquistamos autos y un departamento en Ezeiza”.
Andrea: “Tenía una vida normal hasta que de la noche a la mañana mi esposo comenzó a jugar, gastando todo su sueldo. Quedamos en la calle con lo puesto. No teníamos donde ir, revolvíamos la basura para comer.
Tras recibir la Dirección de Dios, conseguimos trabajo. Luego abrimos nuestro negocio. Hoy no sufrimos necesidades, somos felices”.
Celia: “Vivía en la miseria extrema, dependía de un comedor comunitario para darle de comer a mis hijos. Mi esposo estaba depresivo porque ninguno de los dos tenía trabajo.
Conocí el Congreso para el Progreso y recibí la Dirección de Dios. Así, conseguimos trabajo, estudiamos y hoy mi esposo es jefe en su trabajo, tenemos dos negocios y dos autos”.
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