Intentar varias veces tener una relación amorosa feliz y no lograrlo hace que el desánimo golpee la puerta.
Ese sentimiento aflige a casados y solteros que…
• Pierden las ganas de luchar después de pasar por pérdidas o decepciones sentimentales;
• Aman y no son correspondidos;
• Se dedican al otro y solo reciben ingratitud de la otra parte;
• Se involucran en relaciones vacías en las cuales la otra persona no quiere un compromiso.
Situaciones como estas hacen que las personas piensen que todo conspira en contra de su vida amorosa. Y así, en medio del sufrimiento, deciden dejar de soñar, ya no creen en el amor y el desánimo termina ganando más espacio en su corazón.
Una persona desanimada tiene grandes chances de ser víctima de la depresión, de acomodarse en esa situación y ver la vida pasar de largo, sin color y sin felicidad.
Por eso, si se ha sentido desanimado en cuanto a su relación amorosa, esté presente en el próximo encuentro de la Terapia del Amor. Quienes asistan aprenderán el secreto para vencer el desánimo y conquistar el éxito sentimental.
La Terapia del Amor se realiza en Av. Corrientes 4070, Almagro a las 10, 16 y especialmente a las 20 h. Acérquese y comience a luchar por su felicidad amorosa.
El sacrificio valió la pena
Lucas y Daiana hoy disfrutan de la felicidad amorosa gracias al sacrificio que realizaron en la Hoguera Santa. “Yo estaba en pareja pero me la pasaba sufriendo, era un fracaso tras otro. Mi vida sentimental se resumía en una sola cosa: sufrir”, cuenta Daiana, quien estaba deprimida, y sufría también por la separación de sus padres.
Por otro lado, Lucas buscaba con quien compartir su vida, pero solo encontraba frustraciones: “Me sentía solo, estaba triste y vacío, la última relación que tuve duró hasta que me di cuenta de que me había sido infiel”.
Asistiendo a las charlas de la Terapia del Amor lograron curar su interior y cuando llegó la Hoguera Santa sacrificaron cada uno por su lado para lograr la felicidad completa. “Vi la Hoguera Santa como una oportunidad para hacer realidad mi sueño de casarme. Sacrifiqué por mi felicidad sentimental y Dios me respondió”.
Lucas también sacrificó y la respuesta no demoró. “Nos conocíamos pero nunca pensamos que podíamos terminar casándonos. La vi bajar del Altar y noté algo diferente, al principio me rehusaba, pero a medida que la veía, nació una atracción entre los dos”, cuenta.
Hace ya ocho meses que están casados y son muy felices, siguen sacrificando para fortalecer su unión y conquistar cosas aún mayores.
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