“Me aparté de la presencia de Dios durante cuatro años. En ese período tomé, fumé, usé drogas y me prostituí con varios hombres. Pero cuando me empecé a involucrar con un muchacho que iba a mis clases, en un mes volví firme hacia la presencia de Dios. Nos bautizamos en las aguas y fuimos a vivir juntos. Mi suegra participa en la IURD y dice que eso está mal. Pensé en terminar con él, pero ¿cómo voy a abandonar al hombre que tanto amo y que también me ama? Ayúdeme, por favor.” Amiga.
Respuesta:
Usted ya ha pasado por tanto sufrimiento, ¿por qué no vivir según la voluntad de Dios ahora? Si usted misma dice que está viviendo en pecado, ¿por qué permanecer de esa manera? La elección siempre es suya, al igual que la responsabilidad sobre las consecuencias de esas elecciones. ¿No será que esta vez sería bueno actuar según la voluntad de la razón y no por la del corazón? Su valor como mujer es tan grande ¿no valdrá la pena tomar sus decisiones según los designios de Dios? La elección está en sus manos. Ustedes pueden amarse, pero sin desagradar a Dios.
Pregunta respondida por Sandra Cruz.