La Iglesia Universal realizó, el pasado 10 de febrero, una Concentración de Fe en Santa Cruz de La Sierra, la segundo mayor ciudad de Bolivia. El lugar donde ocurrió el encuentro queda en el Plano 3000, provincia y recibirá, futuramente la construcción de un Cenáculo del Espíritu Santo.
Centenas de sillas fueron colocadas en el terreno para que todos pudieran oír la Palabra de Dios. El pastor Leandro Queiroz, responsable por el trabajo evangelístico del país, aprovecho la ocasión para hacer una reunión especial dirigida a todos los que participaban de la reunión.
Muchos fueron curados y también obtuvieron la restauración de sus vidas en el ámbito financiero, por medio de la fe en el Señor Jesús. El pastor citó un pasaje bíblico, que habla sobre la transformación junto a Dios, para ilustrar su predica: “Yo hago nuevas todas las cosas.” Apocalipsis 21:05
Luego, el pastor habló sobre la importancia de entregarse en las manos de Dios. “El señor no hace acepción de personas. Independientemente del pasado que hayan tenido, Dios les da una nueva vida”, afirmó.
Cambio de vida
El trabajo de la Universal en Bolivia viene ocurriendo hace varios años y es recibida en todas las comunidades visitadas en diversos templos de la IURD esparcidas por el país. Prueba de esto, son las transformaciones de vida que son testificadas en los encuentros de fe.
Como es el ejemplo del empresario francisco Delgadillo (foto al lado). Antes de llegar a la Universal, él consideraba su situación difícil. Dueño de una distribuidora de productos importados, el tenía una deuda que no conseguía pagar.
Delgadillo cuenta que buscaba de todas las formas una manera de honrar los compromisos, pero no conseguía. “No había mercadería, ni dinero para pagar la deuda. Yo no comía, no dormía, solo me preocupaba en pagar. Fueron 2 años en esta situación.”
Con el paso del tiempo, el valor que debía alcanzaba los 250 mil dólares y no había perspectiva de cambio. Dijo que tenía miedo ser preso por eso. “Era un valor, humanamente, imposible de pagar. Yo estaba en la bancarrota y ninguna solución se presentaba.”
Pero cierto día, vio en la televisión una invitación para conocer la Iglesia Universal. Delgadillo no pudo rechazarla. “Era mi última esperanza, la última cosa que podría suceder en mi vida.”
Él fue hasta la Iglesia y aquello que escucho lo reanimo. “Cuando volví a casa, dormí como un ángel. Después de tantos años, dormí con un niño. Tuve la sensación de que todo cambiaria en mi vida.”
En seguida, lo inesperado ocurrió en su empresa: los proveedores comenzaron a enviar mercaderías. “Nosotros vendimos los productos y pagamos a los proveedores. Y así fue, después de 3 años, logramos equilibrar las finanzas. Ya no debíamos. Fue una alegría salir del pozo.”
Según el empresario, con los cambios, el miedo y estrés también desaparecieron. “Había dinero para pagar las deudas y el bienestar había vuelto. Transcurridos 2 años, compramos otra empresa y el negocio comenzó a solidificarse.”
Hoy, Delgadillo tiene su casa propia y todos los años surgen nuevas conquistas en la vida del empresario. “Cuando voy a la Universal, encuentro fortaleza, encuentro coraje para vencer, porque sé que Dios está conmigo y no tengo miedo. Fue aquí que toda mi vida fue totalmente transformada”, concluye.