Todo el mundo quiere vivir bien y tener de lo bueno y de lo mejor, pero pocos están dispuestos a luchar para alcanzar lo que siempre anhelaron. ¿Qué estaría dispuesto a hacer usted para cambiar su vida económica? Esa pregunta debe ser respondida analizando las actitudes que ha tomado hasta el momento.
Probablemente usted ya intentó cambiar su situación, buscó un empleo mejor, intentó negociar mejores condiciones de contratación, se aventuró a iniciar un negocio, intentó que su empresa se expandiera y, a pesar de sus esfuerzos, todo siguió igual o hasta empeoró. Eso sucede porque para alcanzar lo que parece inaccesible, usted debe realizar un esfuerzo que supere sus límites.
Salir de la zona de confort es el primer paso, el segundo es visualizar esa meta que desea alcanzar y el tercero es invocar a Dios. La Hoguera Santa es la oportunidad para que usted cambie su situación radicalmente, para que pase a vivir esa vida de calidad que siempre quiso tener.
En el Congreso para el Progreso usted tendrá la posibilidad de aprender a usar su fe para que, a través del sacrificio presentado en el Altar, reciba la respuesta inmediata que necesita para su economía. Este lunes a las 8, 10, 16, 22 y especialmente a las 20 h usted aprenderá a transformar su vida.
Ellos cambiaron su visión y fueron prosperados
Marta: “Mi vida era un desastre, llegué en la miseria, con una deuda de 50.000 dólares, un montón de problemas en la familia y un hijo enfermo. Para mí era imposible saldar la deuda. En la Hoguera Santa del monte Sinaí se presentó una oportunidad muy grande, me lancé porque realmente necesitaba un cambio radical en mi vida. Sacrifiqué todo lo que tenía y todo en mi vida cambió completamente, hoy tengo dos negocios y un auto. En la última Hoguera Santa pedí que saliera un presupuesto por un millón de pesos para decorar un hotel y fue aceptado”.
Horacio: “Llegué al Congreso para el Progreso en la miseria, con muchas deudas, no podía suplir las necesidades básicas de mi familia ni darle la educación que quería para mis hijos. Los problemas económicos eran el motivo por el que había agresiones verbales y físicas en mi familia.
Tenía deudas con el banco, no podía solventar el negocio, perdí todo lo que tenía.
En la última Hoguera Santa del monte Sinaí hice mi sacrificio y Dios respondió. Pude abrir un salón de belleza que está prosperando día y día. Logré comprar la casa en que vivíamos y también conquisté un auto 0 km”.
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