Corred de tal manera que lo obtengáis. 1 Corintios 9:24
Lo primero que llama la atención aquí es la palabra “corred”. Corred, ¡acción! Usted va a tener que correr. No está escrito ande, camine, salte. No. ¡Corra! Usted va a sentir y pasar por cada paso. ¡Corra! Va a involucrar a todo su cuerpo, energía, concentración, o sea, todo su enfoque, su fuerza, su todo. ¡Corra! Ignore cualquier sentimiento de parar, de mirar hacia atrás, de desanimarse, de dudar, de cansarse. En otras palabras: continúe sacrificando.
Y la segunda cosa que llama la atención es “de tal manera que”. No es de cualquier forma. Hay una manera de correr – hay una manera de sacrificar. Y la manera como corre depende de usted. Esa es su responsabilidad, su parte. Corra, sacrifique de una sola forma: la única forma que le va a traer resultados, sabiendo que así Dios guiará sus pasos. Corra “en forma”, en la forma de la fe inteligente.
Ese “lo” también es importante. Usted no está corriendo, usando su fe y sacrificando por nada. Ese “lo” representa la razón por la cual usted está corriendo. En el momento en el que saca su enfoque del “lo”, comienza a vacilar y desvalorizar ese “lo”. Nadie puede correr por ese “lo” en lugar de usted. Es usted quien está sacrificando, sembrando, gimiendo; no son los demás. Y es entre usted y Dios, sea lo que sea: un sueño, una persona, una cosa… pero también sepa que existe “lo” y existe “Lo”. Si usted quiere alcanzar esos “los” pequeños”, por la fe, los va a conquistar. Pero solo quien tiene ojos espirituales entiende que el “Lo” es la mayor razón por la cual Dios realmente quiere que sacrifiquemos. Ese “Lo” es la mayor conquista que podemos alcanzar en esta vida: la Salvación.
El versículo termina con “obtengáis”. Dios quiere que obtengamos. Sí, existe una lucha. Pero también existe la victoria. Usted sacrificó, y Dios va a honrar. En el minuto en el que puso en práctica su fe, Él ya comenzó a honrar. No dude de su sacrificio. No deje que las distracciones, los obstáculos (sentimientos, palabras y pensamientos negativos, personas contrarias) lo derrumben, lo paren y lo hagan pensar que Dios no lo oyó. Si usted obedeció como está escrito y de acuerdo con su fe, también está escrito que lo va a obtener.
Y con eso, solo resta una cosa que hacer: ¡CORRER!
Colaboró: Vera Freitas