Un desafío mensual es invertir adecuadamente nuestro presupuesto, hay gastos fijos y variables. Organizar y planificar el modo de vida que queremos llevar exige ganas y disciplina, debemos tener un control de nuestros gastos. Antes de proyectar, hay que calcular nuestros gastos fijos básicos, es decir, vivienda, alimentación, higiene personal y transporte. El primero y más importante es sumamente delicado, dado que en nuestro país predomina el alquiler de viviendas, por lo tanto, es imprescindible tener en cuenta todo lo necesario para poder alquilar sin inconvenientes.
El mayor problema con el que nos encontramos es la dificultad para conseguir una garantía propietaria, no menos importante es reunir la suma total a pagar a la hora de celebrar un contrato de locación, un mes de depósito y un mes de anticipo y la comisión inmobiliaria, cuya suma varía entre uno y dos meses de alquiler.
También hay que prever el aumento del ABL (Alumbrado, Barrido y Limpieza), impuesto que se cobra bimestralmente. Luego hay que considerar los impuestos, es importante dejar asentado si los paga el dueño o el inquilino, en cuanto a las expensas, gastos administrativos del edificio, hay que tener en cuenta cuánto cuestan, si aumentan regularmente, si están incluidas en el valor del alquiler o si se pagan aparte. Por último, en la proyección de gastos debemos tener en cuenta que el alquiler sube un 20% por año.
La situación económica de Elena y John se vio afectada al punto de no poder pagar el alquiler del departamento en que vivían ella y sus hijos luego de la separación. Ellos eran un matrimonio como tantos otros hasta que los engaños por parte de él, los vicios y los problemas económicos hicieron que ella intentara apuñalarlo, lo cual los llevó a la separación. “Era vergonzoso y humillante, mi hijo me pedía para comer y no tenía nada para darle. No tener para pagar era muy difícil”, recuerda ella.
Habían buscado una solución, pero nada resultó, habían perdido las esperanzas. Lo poco que ahorraban, cada vez que se peleaban ella lo tomaba y le decía que se fuera con lo que tenía. Ese fue siempre el problema, ella quería que él hiciera lo que ella quería.
“Un día le dije a Dios que si realmente existía que me diera una oportunidad, porque había perdido a mi esposa, a mis hijos, económicamente estaba mal, entonces llegué a la Universal. Creí y Dios me abrió las puertas. Nos arreglamos, ella me perdonó y luchamos hasta que nuestra vida fue transformada. Hicimos un desafío con Dios y la respuesta fue una casa, una camioneta y comencé a trabajar por mi cuenta en el área de la construcción. Hoy tenemos una vida completa y somos muy felices”.
Si usted enfrenta una situación similar, no logra cubrir los gastos de su vivienda o no ve una salida a sus problemas, acérquese este Lunes a las 20 a Av. Corrientes 4070, Almagro y reciba una dirección para cambiar su realidad.