Por más que el objetivo de la película sea otro, lo que Él sufrió por nosotros, en una de las escenas más interesantes de “La Pasión de Cristo”, de Mel Gibson, se muestra el lado más humano del Mesías (interpretado por Jim Caviezel). Él está en su ebanistería, dando continuidad al trabajo que aprendió de su padre terrenal, José, concentrado, empeñado en hacer un buen trabajo. Entonces entra María (interpretado por Maia Morgenstern) con agua fresca para su hijo, y Él le explica porqué “inventó” una mesa más alta que el standard de la época. Lo interesante de la escena es ver un lado habitual, Jesús en familia, conversando con su madre, de buen humor, como también mostrar como el Mesías, que humildemente nació entre hombres, se esmeraba con dedicación y habilidad a su profesión.
La carpintería siempre fue un trabajo noble y necesario. En los tiempos bíblicos, dependía mucho más de la habilidad manual, pues el carpintero no disponía de herramientas y máquinas eléctricas actuales. Era un trabajo pesado, que exigía mucha resistencia física y mucho cuidado en cuanto a seguridad. La Biblia cita la profesión no solo en lo que se refiere a Jesús, sino cuando habla de la construcción del Templo de Salomón, incluso antes, cuando Dios le mostró a Moisés los detalles del proyecto del Tabernáculo, con estructura y mobiliario de acacia. Aún más atrás, en Génesis, Noé también tuvo que dominar el arte de la madera al construir el arca con el cual enfrentó el diluvio.
Algunas traducciones citan a Jesús como carpintero, ebanista y hasta albañil de construcción. Las tres pueden estar en lo cierto. La diferencia básica entre carpintería y ebanistería es que la primera se dedica a los trabajos más pesados, estructurales, mientras que la segunda se dedica a objetos de menor tamaño, más o menos importantes, como puertas, ventanas, muebles, utensilios y objetos de decoración. Era común que el carpintero montara las estructuras de madera que había fabricado en las construcciones de cualquier tamaño, por eso, Jesús fue considerado peón de obra por algunos traductores. En esos tiempos muchos carpinteros también realizaban trabajos de ebanistería, y algunos aún lo hacen, por más que sea más común la separación de ambas.
En varias oportunidades los carpinteros extraían de la naturaleza la madera necesaria, derribando árboles. Después se volvió común que la adquirieran de terceros, conforme el pueblo fue haciendo la transición de vida nómade a agrícola, y luego urbana.
Los romanos perfeccionando la arquitectura, crearon los techos en arco, garantizando su resistencia. Hasta ese momento los tejados eran instalados sobre vigas de madera de pared a pared, cubiertas con paja y yeso.
Herramientas
La madera era tratada de acuerdo con la necesidad. La forma deseada era lograda con la ayuda de herramientas rústicas, como la azuela. Los trozos podían ser aserrados con sierras primitivas. Terminaciones más lisas eran conseguidas con la ayuda de las cepilladoras.
Las primeras hachas metálicas eran de bronce, por su rigidez, y más tarde fueron de hierro, sujetos a un cabo de madera, lo que necesitaba de mucha habilidad para que no se soltara y ocasionara accidentes, como lo describe Deuteronomio 19:5. Las herramientas eran caras y había que tener mucho cuidado para no perderlas o dañarlas. (2 Reyes 6:1-5).
En el principio, los dientes de sierra usados en los tiempos bíblicos eran hechos de piedras de pedernal astilladas, sujetas a una pieza de madera. Era un corte más tosco que rústico. Con el dominio del beneficioso metal, el hierro pasó a ser utilizado y, las sierras tenían dientes más precisos, para cortes más elaborados. (Isaías 41:15). El profeta cita otras herramientas comunes al oficio en Isaías 44:13: regla, marcador, cepillo, compás y plomada.
Expertos famosos
La experiencia de los carpinteros de Tiro, ciudad famosa por la construcción naval con tecnología de punta en esa época, era bastante conocida. Fue a ellos que el reino aliado de Salomón mandó para ayudar en la construcción del primer templo (1 Crónicas 14). Además de la parte estructural, dominaban la ebanistería con adornos y detalles como la instalación de paneles, maquetería y revestimientos de calidad envidiable. En esa oportunidad, transmitieron muchos de sus conocimientos a los judíos.
Generalmente, las oficinas eran en la casa del carpintero, que, de acuerdo con el tamaño de la empresa, podía tener empleados si era grande o tener la ayuda de parientes si fuese de menor envergadura, como en el caso de José y Jesús.
“Porque las costumbres de los pueblos son vanidad; porque leño del bosque cortaron, obra de manos de artífice con buril.
Con plata y oro lo adornan; con clavos y martillo lo afirman para que no se mueva.”, (Jeremías 10:3-4).
Los clavos citados por Jeremías eran rústicos. En el inicio fueron hechas de bronce, luego de hierro. Antes primero se hacían agujeros en la madera usando una pua, donde eran encajados elementos de madera que unían las piezas.
Utilidades
Lo que los carpinteros hacían era importante para cualquier familia, rica o pobre. Además de las estructuras de las construcciones y de las antiguas tiendas, producían y fornecían objetos como muebles, carrozas y sus ruedas, carruaje, estacas, herramientas agrícolas y utensilios domésticos.
Curiosamente, el más famoso carpintero de la historia fue sacrificado con la ayuda de un objeto producido por carpintería. Jesús dio su vida para salvar a toda la humanidad clavado en una fuerte y pesada cruz de madera.