El segundo mandamiento que el Señor Jesús nos dejó habla sobre la responsabilidad de amarse los unos a los otros. Sin embargo, en la actualidad, algunas mujeres sustituyen el verbo “amar” por el verbo “criticar” y hacen comentarios disimulados con la siguiente expresión: “Solo es una opinión”.
“Generalmente esto comienza con una mirada de desdén que la escanea de la cabeza a los pies. Y esto no termina allí. Casi siempre va acompañado de un comentario hacia el que se critica: ‘Esa ropa te deja muy gorda, querida’. La intención nunca es ayudar, sino vanagloriarse y mostrar superioridad. Lo que es aún peor (si es que puede empeorar) es que esa bofetada está acompañada de una ‘bromita”, dice la escritora Nanda Bezerra, en su libro Mais Linda em 40 Dias.
La escritora compara este tipo de crítica con el de las “suegras malvadas de las comedias románticas, que son llenas de malicia, de malas intenciones y de envidia”, y enfatiza que “en la era de Internet, de Facebook e de Instagram, podemos notar una determinada maldad que se revela en las personas, pues ellas se sienten seguras para ser crueles, dado que están detrás de una PC o de un celular”.
Inseguridad y competencia
Para la psicóloga Mônica Machado, este comportamiento es una manera equivocada de expresar el individualismo. “Es como si fuera la propia opinión de la persona que no acepta lo que la otra dice, hace y la forma en la que actúa. No tiene empatía y no logra ver que la forma en la que el otro ve las cosas es diferente a la suya. De allí surge la crítica. En realidad, puede ser una defensa usada por personas inseguras.”
Según ella, el cambio debe comenzar internamente. “La persona necesita reconocer que su visión no es única y exclusiva. Para vivir en sociedad, usted debe aceptar al otro y ponerse en su lugar, sino esas peleas culturales se vuelven discriminación o racismo. Y todo eso genera la falta de aceptación.”
Autocrítica
Para la escritora Nanda Bezerra, la mujer debe ser el primer objetivo de su propia crítica. “Si usted se ha dado cuenta de que ha tenido una crítica despiadada hacia las personas o hacia alguien en particular, no se conforme con solo entristecerse. Una buena manera de librarse de los malos hábitos es sustituirlos por los buenos. Por lo tanto, en lugar de criticar, substituya sus comentarios venenosos por palabras de apreciación”, recomienda.