En la noche del miércoles, el obispo Edir Macedo comenzó la reunión de la Escuela de la Fe Inteligente, directamente desde el Templo de Salomón, en San Pablo, llamando la atención hacia el hecho de que no todos tienen el privilegio de llamarlo a Dios como “Padre”. Y que hay una gran diferencia cuando una persona invoca el nombre de Dios sin saber quién es, es decir, teniendo solo informaciones sobre Él.
“‘Dios mío’ significa que usted Lo considera como su SEÑOR, el único digno de honra y alabanza. Llamarlo como ‘Dios y Padre mío’ nos da la seguridad para que podamos enfrentar los momentos difíciles de la vida con esta convicción de que nuestro Padre no nos dejará solos”, explicó el obispo.
Generando hijos
Jesús dijo: “¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿o si pescado, en lugar de pescado, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre Celestial dará el Espíritu Santo a los que se Lo pidan?” Lucas 11:11-13
El obispo aclaró que Dios solo es Padre de los que Él generó a través de Su Hijo, Jesús, en la persona del Espíritu Santo y que este es un tema del que se habla poco para no ofender a nadie. Porque hay una mentira esparcida por el propio diablo de que todos son hijos de Dios y de que todos los caminos nos llevan a Él.
Sin embargo, la verdad libera, y el hecho de tener una religión o frecuentar una iglesia no significa nada, destacó el obispo, mencionando como ejemplo el pasaje bíblico que relata la historia del rico y Lázaro. Aparentemente, ambos eran hijos de Abraham, pero quedó claro que solo Lázaro era un hijo de la fe. Porque “un hijo de la fe nunca va al infierno, de ninguna manera”, destacó.
Proyecto de Dios
“Hay personas que están en nuestro medio, tienen un vasto conocimiento sobre el Señor Jesús, conocen la Biblia de tapa a tapa, pero no conocen al Autor personalmente. Por esa razón, están vacías, incluso dentro de la iglesia. A veces, tienen un bienestar cuando participan de las reuniones, pero, al salir, siguen viviendo una vida vacía, lejos del Padre”, alertó el obispo.
Sin embargo, cuando usted tiene la experiencia del bautismo con el Espíritu Santo, se vuelve un verdadero hijo/a de Dios. “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.” Romanos 8:16
“Si fuera usted y aún no tuviera el bautismo con el Espíritu Santo, no descansaría hasta tenerlo”, orientó el obispo, y añadió que el mayor proyecto de Dios es hacer morada en el ser humano, a fin de que Él sea glorificado en su vida. De modo que otras personas también puedan recibir lo que Él le da a través de su vida, como una fuente rebosante.
Fiestas de las Bodas del Cordero de Dios
Durante la reunión, el obispo anunció que el día 23 de agosto, el último día del Ayuno de Daniel, se realizará por primera vez una fiesta en todas las Universal, denominada: La Fiesta de las Bodas del Cordero de Dios.
En otras palabras: será la fiesta de casamiento con el Señor Jesús. En ella, el obispo destacó que no habrá comida ni bebida, pero no faltará la alegría del Espíritu Santo.
No obstante, es necesario prepararse, alertó él, después de todo, somos la novia del Señor Jesús, Su Iglesia. Además, el obispo orientó que para ese día, los que están participando del Ayuno de Daniel, usen su mejor ropa y preparen una alianza, que será colocada en el dedo, el día de la fiesta, después del bautismo con el Espíritu Santo. Este será el símbolo del voto que será hecho, de que nunca más dejaremos al Señor Jesús y que seremos Suyos para siempre.
Como está escrito: “Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y Su esposa se ha preparado.” Apocalipsis 19:7