Darles a los demás la oportunidad de que reciban la paz y la alegría de la Salvación, al conocer a Dios.
El justo es aquel que vive por la fe. Jesús dijo:
«… mas el justo por su fe vivirá», Habacuc 2:4.
La persona justa no es la perfecta, la que cumple con sus deberes sociales y civiles. Para Dios, el justo es el que vive por la fe, obedece, cree en lo que está escrito y se somete a Su voluntad.
Este es al que Dios considera justo. Está justificado, perdonado, libre de toda y cualquier acusación.
Y el mayor objetivo del justo es que las demás personas, que aún no han sido justificadas, y que por eso viven tristes, acusadas, oprimidas, desacreditadas, conozcan al que lo justificó a él, que es Dios.
Como sucedió con Noé, que predicó, enseñó, anunció la Salvación, pero las personas no lo escucharon, solo su esposa, sus hijos y sus nueras. Por eso, solo su familia y él fueron salvos. Como Abraham, como los hombres y mujeres de Dios que asumieron la fe en el Altísimo y vivieron por la fe, no por lo que sus ojos veían, sus oídos escuchaban, su corazón sentía, sino por lo que Dios les decía. La fe inteligente no es religiosa, fanática, hipócrita ni falsa, sino que es obediente.
Por lo tanto, el mayor objetivo del justo es que otros también sean justificados por medio de la fe, que conozcan a Dios y sean perdonados, que tengan paz y alegría. ¡La alegría de la Salvación supera todas las tristezas y decepciones que sufrimos en esta vida!
¡Nos veremos en la IURD o en las Nubes!
Obispo Júlio Freitas
#AvivamientoUniversalAmericaDelSur
#Eia!!!