Muchos padres se preguntan si deben o no darles mesada a sus hijos. Pensar bien sobre el asunto debe ser el primer paso antes de tomar una decisión. ¿Hay una cantidad ideal? ¿Hasta qué punto un valor fijo, estipulado mensualmente, semanalmente o quincenalmente puede enseñarles lecciones de educación económica a los hijos?
La psicopedagoga Thereza Bianchi cree que la mayoría de los padres les dan una mesada a los hijos para que ellos administren el dinero desde temprano. “Yo no entiendo que exista una obligación en darle mesada a los hijos, pero creo que esa actitud va a prepararlo para eso.”
En la opinión de la especialista, no existe edad específica para comenzar a conceder la mesada. “Todo estará de acuerdo con la educación estimulada en casa. Lo ideal es a partir de los 7 años, cuando el niño ya está alfabetizado y tiene mayor noción de lo que es más y de lo que es menos. Defina un valor, con sentido común, que deberá ser administrado por el niño. Si gasta todo ese recurso, él no podrá pedir más”, explica.
La mesada no es un regalo
Existen padres que adoptan la postura de premiar a sus hijos con la mesada, según el comportamiento o las tareas realizadas en casa, por ejemplo. ¿Esas actitudes son positivas?
Para la psicopedagoga, la mesada no debe darse como recompensa por las buenas notas o por el buen comportamiento en casa o en la escuela. “La mesada es una cosa y la obligación escolar es otra. Si su hijo no está teniendo un buen rendimiento escolar, busque un profesional especializado para ayudarlo”, aconseja.
La mesada concedida como recompensa puede traerle riesgos y perjuicios a la educación del niño. Los hijos pueden vincular el buen desempeño al dinero y creer que todo lo que fuere hecho correctamente merece una recompensa. “El padre y la madre deben estar atentos. Ellos necesitan siempre orientar a sus hijos.”
¿Por qué ahorrar?
El ama de casa Pamela Pereira da Silva de 34 años, y su marido Eric Cohen de 37 años, optaron por no darles mesada a sus 4 hijos. Gabriel de 11, Natalia y Mariana de 8, y Nicole de 3 años (todos en la foto de al lado), reciben esporádicamente algún dinero en fechas específicas, como en sus cumpleaños o en el Día del Niño. “Nunca pensé en darles mesada. Tampoco nunca la pidieron. Saben que el dinero no es fácil de ganar”, cuenta Pamela.
Incluso en este caso, cuando no reciben mesada, los niños pueden tener ganas de comprar un juguete u otro artículo. Por eso, la psicopedagoga recomienda que los padres aprovechen esos momentos para explicarles a los niños el valor del dinero.
Para los padres que dan mesada, la psicopedagoga da un consejo: “Mi orientación es enseñarle a los niños que separen un 10% ó 15% de ese valor para guardar en una alcancía, en un pequeño cofre o algo similar, estableciendo una meta para ese dinero.”
¿Cómo enseñarles?
Cuando les da una cierta cantidad a sus hijos, Pamela les enseña cómo utilizar el dinero. “Les digo a mis hijas que no gasten todo en caramelos o en juguetes inmediatamente cuando reciben la cantidad, porque no les daré más enseguida. Así, ellas tendrán que asumir las consecuencias de sus elecciones. El mayor, que ya no está más en la onda de los juguetes, suele guardar lo que recibe”, explica el ama de casa.
Para los padres que decidieron darles mesada a sus hijos, Thereza Bianchi aconseja elegir una fecha en el mes o un día de la semana. “Siempre dé en una fecha combinada. Analice qué tipo de gastos el niño tendrá, cuente el porcentaje para ahorrar y determine el valor ofrecido. La mesada puede otorgarse hasta el momento en el que su hijo comience a ganar su propio dinero trabajando. Incentívelo a trabajar cuanto antes”, concluye.
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