En la era de las redes sociales, publicar fotos del día a día es una actividad común. En el Universo online es común ver imágenes e incluso videos de niños jugando, comiendo, en fin, en momentos de ocio compartidos por sus propios padres. ¿Esa exposición es saludable? Especialistas advierten que ese hábito, aparentemente inofensivo, puede traer serios riesgos.
Una investigación divulgada por la empresa de seguridad virtual AVG mostró que el 81% de los padres entrevistados en 10 países publican fotos de sus hijos.
Recientemente, una campaña online titulada “Desafío de la Maternidad”, en la que madres publicaban fotos de sus hijos en varios momentos de la vida, llamó la atención de las autoridades internacionales. En la ocasión, la red social Facebook se mencionó en la cuestión y les pidió cautela a los usuarios.
Según el portal norteamericano de cultura y tecnología The Verge, tener ese cuidado es necesario porque personas con malas intenciones pueden tener acceso a esas fotos, una vez que cualquier persona puede tener acceso. Además de que los padres no saben quiénes son los extraños que verán las imágenes – muchos delincuentes y secuestradores han planeado sus delitos por medios digitales.
Para Adriana Severine, psicóloga especialista en terapia cognitiva conductal, el peligro se vuelve aún mayor porque no es posible controlar la circulación de esas fotos. “Ellas pueden salir de su grupo restringido y llegar a varias personas. Otro problema es que las fotos pueden ser utilizadas en montajes con carácter pornográfico, utilizando el rostro de los niños y divulgándolas en grupos de pedófilos”, advierte.
Otro motivo son los impactos psicoemocionales en la vida del niño. Él puede depararse con comentarios ofensivos (cyberbullying) o sentir que su privacidad fue invadida.
El Estatuto de Niño y del Adolescente es claro al señalar que la inserción de publicaciones que expongan al niño o al adolescentes es ilegal, porque es deber del estado asegurar, con absoluta prioridad, el derecho a la educación, a la dignidad y al respeto, además de ponerlos a salvo de toda forma de negligencia, opresión y discriminación.
¿Qué publicar?
Es necesario evitar publicar fotos de bebés sin ropa y de su hijo con otros niños (en el caso que no exista la previa autorización de los padres), en alta resolución (para evitar que sean fácilmente editadas) o al lado de objetos o bienes de alto valor (para no atraer las miradas de delincuentes).
“Lo ideal es solo divulgar las fotos en grupos restringidos. También se deben evitar fotos en las que sea fácil identificar la ubicación de los niños, como, por ejemplo, donde ellos estudian o lugares que suelen frecuentar. Creo que lo mejor para divulgar – si realmente fuere necesario – es crear grupos en WhatsApp y enviárselas a personas que forman parte de su círculo de amistad y familiar”, aconseja la psicóloga.
No hay problema en publicar una foto de la familia reunida, pero es esencial preguntar antes de publicarla: ¿Para quién es esta publicación? ¿Puede provocarme algún daño a mí o a mis hijos?
Preservar la imagen de los niños es una actitud de amor y también una forma de protección.
[related-content]