El Señor Jesús dio. No sólo nos dio palabras y bendiciones — Él nos dio Su vida. Para muchas personas, eso no significa nada, es como si alguien estuviese repitiendo una frase cualquiera, como: “Oh, Dios mío…” La oyen tantas veces que ya no tiene la menor importancia.
Cuando pienso en la palabra “dar”, me acuerdo de las experiencias buenas y malas que pasé en la vida. Una persona puede darte una sonrisa o mirarte de la cabeza a los pies, cariño o un golpe por la espalda, un “gracias” o un silencioso desprecio, un poco de su tiempo o un simple “ahora no puedo”. Estamos siempre dando o recibiendo, y actuando así, estamos siempre haciendo a alguien feliz o triste.
Tenemos la tendencia de usar a las personas, cogiendo lo mejor de ellas e intentando vivir para nosotras mismas. Felizmente, Dios nos dio la oportunidad de tener Su Propia naturaleza; una naturaleza Divina que da sin importar lo que ocurra.
Una de las mayores cualidades de una mujer de Dios es la capacidad de dar lo mejor, sin recibir nada a cambio. No es que otras mujeres no tengan la capacidad de dar, pero es que hay una gran diferencia entre ella y las otras mujeres que no tienen la naturaleza de Dios. La mujer de Dios es capaz de dar parte de su tiempo libre, mientras que otras mujeres cobrarán por eso; ella será gentil contigo, mientras que otras son amables solamente para mantener la apariencia; ella te da un regalo, mientras que otras lo hacen porque les conviene; ella te da incluso lo que no puede, mientras que las otras no hacen ningún esfuerzo, aunque puedan. Ella es capaz de quedarse sin algo para que tú lo puedas tener, perder para que tú puedas ganar. ¿No fue eso lo que el Señor Jesús hizo por nosotros? Piensa en todo lo que Él pasó para que pudiésemos estar aquí hoy. Muchas personas no reconocen Su existencia en su vida y sólo buscan Sus bendiciones. Aunque Dios sabe que le están usando, les da igualmente o que necesitan.
Da y recibirás, no solamente algunas bendiciones aquí y allí, sino mucho más de lo que jamás imaginaste. Recibirás a Dios en tu vida y nunca más te sentirás sola. Todos pueden abandonarte pero, aun así, Le tendrás: Él será tu Esposo cuando éste no esté a tu lado, será tu Amigo cuando tus amigos no te comprendan, será tu Guía cuando estés sin dirección. Será todo lo que siempre deseaste tener en la vida.
Entrégale tu vida, lo que piensas, lo que quieres o lo que sientes. A partir del momento en que lo hagas, tendrás Su naturaleza. No es necesario estudiar o asistir a un curso para esto. ¡Tan pronto des, recibirás! Cuando Su naturaleza esté en ti, entenderás por qué es mejor dar que recibir.
Extraído del libro “Mejor que Comprar Zapatos” de Cristiane Cardoso