Usted ya habrá oído a alguien decir la siguiente frase: “no le prestes atención a ese problema, todo el mundo los tiene”. Realmente, todos los seres humanos en este mundo pasan por dificultades. Muchas personas, sin embargo, tan solo intentan remediar una situación o “tapan el sol con un dedo”, como dice la expresión popular, pensando que, de a poco, todo se aclarará. Pero, actuando de esta forma, el problema se agrava.
¿Cómo logra obtener la solución de una vez por todas? Muchas veces hay que enfocarse en el origen del problema antes de que no se pueda controlar.
La coach Margareth Signorelli explica que, así como es necesario retirar un árbol definitivamente del suelo desde la raíz cuando está podrido, es necesario terminar con el problema antes de que empeore. “La persona necesita tener conciencia de dónde viene aquel problema, cuál es su causa y buscar ayuda para tratarlo, sino crecerá más”, aconseja. Además de eso, es necesario determinar un objetivo y establecer metas para lograr alcanzarlo. “Es necesario saber a dónde se quiere llegar. Como en un taxi, uno entra sabiendo a dónde va, de la misma forma debe ser con el problema, determinado cuál será el destino”, compara la especialista.
Aunque huir del problema parezca ser la salida más fácil, se solucionará realmente cuando se lo enfrente. “Su acción hará que alcance su objetivo. Si usted establece una meta lenta, su actitud también será lenta y el resultado será nulo”, aclara Margareth.
Es necesario actuar
Raphaele Santos Medeiros, de 31 años, (Foto de al lado) tardó en tomar una actitud para solucionar los problemas que tenía en una relación de siete años con el padre de su hija. Vivían juntos y tenían discusiones constantes a causa de las exigencias, celos y desconfianzas. Por eso, quería separase, pero le faltaba valentía.
Por mucho tiempo, ella vivió pensando que, si no le daba atención a los problemas, sería más fácil soportar la convivencia. “Quería sepárame, pero, por causa de nuestra hija, no tenía valentía. Incluso estando infeliz, creía que era mejor someterme a las peleas que tener que cuidarla sola”, cuenta.
Raphaele no sabía cómo actuar con el carácter del compañero. Las peleas aumentaban y la situación terminó siendo insostenible. “Luego de siete años, llegué a mi límite, conversamos y él se fue”, declara.
Solamente, después que se separó, ella comprendió que los problemas por lo que había pasado también eran el resultado de sus propias actitudes. “Noté que mi comportamiento colaboró con todos aquellos problemas que tuvimos. En vez de tratarlos en un principio, fui dejando que se compliquen”, reconoce.
Un año después de la separación, ella fue a la Universal a buscar en Dios la sabiduría para comprender qué necesitaba para que no se repitiesen los mismos problemas. “Si yo hubiese buscado ayuda y dirección de Dios para entender el origen de los problemas, habría conseguido valentía para terminar la relación antes y hubiese cambiado mi comportamiento, sin tener que vivir infeliz por tantos años”, analiza.
Auxiliadora del marido
Así como la mujer necesita aprender a solucionar definitivamente sus problemas, también debe ayudar al compañero a solucionar definitivamente los de él.
Pero, para que él no se sienta avergonzado, lo mejor es combinar un momento oportuno para conversar, diciendo que está lista para escucharlo. Intente entender sus miedos y su punto de vista con empatía y humildad.
No basta solo con decir que va a ayudarlo, sino que debe estar determinada a hacer eso que decidieron como pareja. “Es necesario darle apoyo y una dirección de forma positiva, siendo compañera, demostrando que ustedes forman parte del mismo equipo”, sugiere Margareth.
Joana Darc Quintino, de 41 años, (Foto de al lado) hizo eso para ayudar al marido a solucionar su problema de salud. Por muchos años, ella recurrió a la alimentación poco saludable a causa de la rutina diaria. Debido a eso, su marido terminó teniendo sobrepeso, niveles elevados de colesterol y problemas cardíacos. ” Yo creía que estaba facilitando nuestra vida cuando comíamos afuera. Pero tapaba el sol con un dedo, pues él terminó perjudicando su salud “, dejó en claro.
Cuando Joana vio a su marido ir al hospital siete veces, por ataques cardíacos, reconoció que tenía que dejar de incentivarlo a realizar comidas rápidas y comenzó a invertir en una alimentación saludable. “La necesidad y la emergencia nos obligaron a cambiar nuestro estilo de vida. Entonces, comencé a preparar nuestra comida”, afirma.
De esta forma, el marido adelgazó 16 kilos, su colesterol se normalizó y no sufrió más con problemas cardíacos. “Decidí contribuir para cambiar de una vez la situación. Lo animé para que hiciera todo el tratamiento, porque él tenía miedo”, comenta.
Si usted tiene algún problema que está escondiéndolo debajo de la alfombra, pensando que un día desaparecerá por arte de magia, se equivoca. Enfóquese en el origen y establezca un objetivo, sin remediarlo. Mantenga el enfoque y usted, seguramente, encontrará la solución.
Resuelva el problema en cinco pasos
1- Establezca metas alcanzables.
Cree métodos prácticos para resolver el problema en etapas.
2- Describa lo que hará para llegar al objetivo.
Anote tres opciones posibles para usar como camino.
3 -Estipule cuáles son las habilidades que usará
Determine tres características que usted tiene que lo ayudarán a encontrar la solución.
4 -Dé el primer paso
En seguida, vaya dando un paso a la vez, siempre evolucionando en la dirección de la resolución del problema.
5- Haga una autoevaluación
De vez en cuando, evalúe como está saliendo y vea si no está tan solo remediando la situación.
Fuente: Margareth Signorelli
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