La economía de Claudio estaba destruida. “Soy ingeniero civil y, en un principio, tenía un buen empleo, pero en un momento de crisis del país, recibí un golpe duro. Viví situaciones angustiantes y desesperantes. Me sentí como si estuviera en el fondo de un pozo y no sabía cómo salir”, recuerda.
Él asegura que no podía dormir y agrega: “Cada vez que sonaba el teléfono, me temblaban las piernas porque eran tantas las deudas que tenía que solo me llamaban para cobrarme. La situación era difícil, ya que no contaba con ingresos”.
En medio de ese conflicto, conoció la Iglesia Universal y comenzó a participar de las reuniones de los lunes. “Llegué gracias a un consejo de mi padre que me vio tan mal que me dijo que buscara a Dios. Empecé a asistir con frecuencia, fui logrando resultados y mi situación cambió”, detalla.
Esa decisión fue como una bisagra en su vida. Claudio asegura: “Había llegado destruido, arrepentido de haberme recibido de ingeniero, pero hoy siento lo contrario, me apasiona mi profesión. Busqué la sabiduría del Señor y progresé”.
“Hoy mi situación económica es muy buena. Me dedico al rubro de construcciones, proyectos, cálculos de estructura, en fin, todo lo que tiene que ver con la ingeniería civil. Cada mes, los trabajos se multiplican. Mientras muchos hablan de crisis, para mí la realidad es diferente”, comenta.
Por último, señala: “Antes de conocer la Iglesia Universal, era joven, sin embargo, estaba a punto de tirar la toalla. Hoy, con muchos años más, tengo ganas de seguir adelante, crecer y, por sobre todas las cosas, mostrar que para Dios no existe lo imposible, solo hay que creer”.
Él asiste a la Iglesia Universal ubicada en Amancio Alcorta 447, Neuquén.
Participá este lunes a las 8, 10, 12, 16 y especialmente a las 20 h, en Av. Corrientes 4070 – Almagro o en la Universal más cercana a vos, donde podrá conocer los horarios de las reuniones.
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