“Entonces oramos a nuestro Dios, y por causa de ellos pusimos guarda contra ellos de día y de noche.”
(Nehemías 4:9)
Cuando el pueblo de Israel estaba cerrando las brechas de los muros de Jerusalén, los enemigos se indignaron y se unieron para atacar la ciudad. Exactamente como hace el ejército del infierno en los días actuales. Delante de la amenaza, el pueblo no lloró, no se desesperó. Al contrario, se puso en acción. “Entonces oramos a nuestro Dios, y por causa de ellos pusimos guarda contra ellos de día y de noche”. Exactamente como los hijos de Dios deben hacer hoy.
Usted debe actuar así cuando sea amenazado por el mal; cuando vengan las tentaciones; cuando venga la palabra de duda; la palabra de derrota; la palabra de desprecio. Poner guarda es mantenerse en la fe, vigilando sus pensamientos y rechazando, inmediatamente, en el nombre de Jesús, cualquier duda, cualquier pensamiento maligno.
Día y noche alimente su espíritu, llenando su mente con la Palabra de Dios y mensajes que fortalezcan su fe. Declare lo contrario de lo que las sugerencias del mal quieren que usted crea. Piense en una promesa que contraríe frontalmente la palabra de duda plantada en su mente. Mantenga su pensamiento fijo en esa promesa todo el tiempo. Día y noche.
La palabra de duda muchas veces viene como si fuera un pensamiento suyo. “Yo no lo voy a conseguir”; “es muy difícil para mí”; “yo no tengo fuerzas”. Tome una actitud contra cualquier pensamiento negativo. Contra cualquier pensamiento que lo deprima. Reaccione, inmediatamente, usando su fe. Así, los enemigos se retirarán.
Al ser atacado, ore a Dios y monte guarda contra el mal.
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Fuente: Libro “El Pan nuestro para 365 días”, del obispo Edir Macedo