El día a día de las madres suele estar repleto de tareas. Trabajar, hacer compras, estudiar, encontrarse con amigos y preparar la comida son algunas de las actividades. En medio de las presiones diarias, a veces les falta tiempo para estar con sus hijos. Además de eso, el uso cada vez más frecuente de celulares, tablets, videojuegos y computadoras contribuye aún más a la separación entre las madres y los pequeños.
Hoy en día es común encontrar niños que pasan muchas horas viendo videos, jugando y conversando con amigos en esos dispositivos.
A medida que el uso de la tecnología crece, los momentos en familia son más silenciosos. En vez de conversar, muchos prefieren ver las novedades en las redes sociales.
Dedicación
¿Los hijos estarán recibiendo todos los cuidados necesarios? La escritora Viviane Freitas advierte en su blog que la falta de atención hacia los hijos puede ser muy perjudicial. “Ya sabemos que todo aquello que alimentamos crece y se hace fuerte, vigoroso. Por otro lado, lo que no alimentamos, o aquello en lo que dejamos de invertir, tiende a debilitarse. “Para ella, los padres deben cultivar buenos momentos en familia, incluso cuando el tiempo es corto. “Si sus hijos están en casa, en el periodo de vacaciones, no permita que su falta de atención se transforme en modo “on” de los videojuegos, desde la mañana hasta la noche. Si trabaja, inscríbalos en algún deporte. El fin de semana, salga, visite un jardín, un museo, haga un programa diferente. Permita que ellos “respiren” más allá de su zona de confort.”
Janaína Depiné, maestra de Educación, dice que los padres también deben controlar el tiempo que pasan con los celulares. “Cuando están con los hijos los padres deben desconectarse de las redes, del celular y de la computadora porque hoy tenemos la tendencia de estar todo el tiempo conectados. A veces, los padres están incluso con el niño, pero el celular suena en todo momento o los mensajes no paran de llegar. Ese no es tiempo de calidad”, explica Janaína, que es asesora de etiqueta y protocolo.
Agrega que las situaciones de interacción con los niños ayudan a transmitirles valores, como el respeto al prójimo. “Hoy, la sociedad está muy concentrada en el individualismo. Cuando el niño descubre, en su casa, que es importante escuchar al otro, aprende a no ser egoísta. La conversación con los padres ayuda a tener más autoconfianza”, enseña Janaína, que actúa en Belo Horizonte, Minas Gerais.
La psicóloga Virgínia Ferreira explica que la ausencia de atención materna y paterna, en general, provoca muchos problemas en los niños. Eso puede generar inseguridad, agresividad, falta de concentración, agitación, impulsividad, enuresis nocturnas, bajo rendimiento escolar, baja autoestima y vicios diversos, como a los juegos, a las golosinas, pudiendo llegar al uso de alcohol y otras drogas hasta el suicidio, que ya no es tan raro en los niños”, resalta la especialista, que es profesora de la Facultad de Medicina de Petrópolis, en Río de Janeiro.
“El niño a través de la atención se siente protegido, amado, seguro y alegre. Y esa misma atención es la base del desarrollo saludable de la infancia a la madurez”, enseña.
El secreto de ellas
La periodista Ana Linhares, de 45 años, confiesa que no es fácil tener tiempo para hacer todo. Sin embargo, ella dice que busca utilizar de la mejor manera posible los momentos al lado de sus hijos, Gabriel, de 15 años, y Giovana, de 13 años. “Hubo una época en la que yo trabajaba en promedio 11 horas y fue muy difícil. Trataba de compensar con calidad y no con cantidad”, dice.
Cuando está con sus hijos, Ana cuenta que prioriza actividades como conversar, ir al cine, visitar museos y ver televisión juntos. “He tenido mayor participación en los trabajos de la casa. Ahora empecé a dejarlos que sean más independientes, pero sigo estudiando con ellos en la víspera de pruebas.”
La periodista afirma que la complicidad con los hijos garantiza más felicidad para la familia. “Hijos con padres presentes, porque mi marido también es un padre presente, crecen con más confianza, decididos y, sobre todo felices.”
La maestra de enseñanza básica Paula Belmino, de 40 años, (foto al lado) también encontró un equilibrio en la relación con la hija Alice, de 9 años. “Aprovecho el almuerzo para que prepararemos juntas ensalada, jugo y para que conversemos. Y para saber cómo le fue en la escuela y si hay alguna novedad. Vemos películas juntas, vamos a la plaza, intento que ella juegue más al aire libre. A la noche vamos a la iglesia, ensayamos para cantar juntas, conversamos y antes de dormir siempre hay una historia, una oración y muchos besos”, enumera.
Para Paula, esos momentos han ayudado a que Alice se sienta más segura y madura. “Lo importante es darles cariño y atención incluso imponiendo los límites. Estar con el niño es emergente, urgente, imprescindible para que sea un adulto seguro, espontáneo, expresivo, que dice lo que siente y hace lo que le gusta”, añade.
Momentos inolvidables
-Apague el celular cuando esté haciendo algo con los hijos.
-Haga al menos una de las comidas del día en familia.
– Intente llevar y/o ir a buscar al niño de la escuela.
– Haga preguntas y valore la vida cotidiana de sus hijos.
– Comparta momentos con los pequeños, como ver una película en su casa o algún dibujo que al niño le guste.
– Cocine con sus hijos y aproveche ese tiempo para transmitirles valores.
– Realice un seguimiento de las tareas de la casa y de su desempeño escolar.
– Cree sus propias tradiciones familiares, como el día de la pizza, día del piyama, etc.
– En el momento de dormir lea y cuente historias. Aproveche para contarles sus historias personales también.
– Juegue con el niño.
¿Quiere aprender más sobre la relación de padres e hijos? Participe de las reuniones de la familia, que se realizan todos los domingos, en la Universal más cercana a su domicilio, ingrese aquí para ver la dirección.
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