Las facilidades, los encantos y el confort del Primer Mundo han incitado a sus sociedades al conformismo espiritual. El abundante entretenimiento ha embriagado el alma de sus pueblos a tal punto que la Palabra de Dios pasa desapercibida por casi todos.
La libertad se ha confundido con la promiscuidad. Sumándose a esta degradación moral, existen centenas de millares de niños que ya nacen huérfanos y crecen sin la ternura ni el cariño de sus padres.
La mayoría, cuando no es adoptada por el narcotráfico, lo es por la prostitución. Pienso que los habitantes de Sodoma y Gomorra se avergonzarían si vivieran en los días de hoy en estas grandes ciudades.
Pues bien, la iglesia en Laodicea se encontraba ubicada en el centro de esta rica ciudad, con todo lo que el mundo podía ofrecerle, sin embargo con nada de lo que el Señor Jesús quería darle.
La verdad es que, como el ser humano fue creado a imagen de Dios, él también está constituido por una trinidad: cuerpo, alma y espíritu. Y, así como el cuerpo físico se alimenta de alimentos naturales, el alma del amor, también el espíritu solo se alimenta y se desarrolla a través de la meditación en la Palabra de Dios.
El espíritu humano es la base del cuerpo y del alma, de la misma manera como los cimientos son la base de una casa. Si está bien fundamentado en la Palabra de Dios, entonces el alma y el cuerpo tendrán el apoyo para desarrollarse plenamente, cada uno con su propio alimento.
Y es a partir de entonces, que la criatura humana vuelve a ser perfectamente según la imagen de Dios.
Sin embargo, si ese orden natural no se establece, toda la estructura de la vida humana estará en riesgo de sobrevivir.
Y es precisamente en este aspecto que el diablo ha llevado ventaja sobre la humanidad, porque él sabe que si el espíritu humano se cimenta fuertemente en la Palabra de Dios, consecuentemente, le dará condiciones al alma y al cuerpo. Por ese motivo, busca distraer el alma con entretenimientos, e intenta satisfacer los caprichos de la carne con pecados.
Todo para intentar impedir que el espíritu tenga alguna pretensión en la meditación de la Biblia. Esta es una de las razones por las cuales el cuadro espiritual de las iglesias de las ciudades más ricas económicamente, es también el más fracasado.
Creemos que Laodicea simboliza a la iglesia de los últimos tiempos; por lo tanto, la Iglesia actual. El Señor Jesús, dirigiendo Su carta al responsable de aquella iglesia, señala solamente características negativas:
1) Obras tibias.
2) Tan rica y próspera, materialmente hablando, que cree que no necesita nada espiritual.
3) Desconoce su infelicidad, su miseria, su pobreza, su ceguera y su desnudez.
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