Dios está con usted. Pero solo manifiesta Su poder a través de una sociedad. Yo estaba pensando en la fe. Jesús dijo que “todo es posible al que cree”. Sabemos que todos tienen fe, pero no todos la usan. Muchas veces menospreciamos nuestra fe.
¿Cómo saber si su fe está bien o mal? Cuando se pone por completo en el Altar. Esa es la fe que cambia todo. La fe tiene espíritu y ella es el Espíritu de Dios. Y Dios no nos pide nada que no podamos dar. La fe no es sentimiento, es una entrega. Abraham fue bendecido porque se entregó. Un hombre que deja todo y va al desierto, ¿cómo puede ser? Solo quien tiene el Espíritu Santo hace eso. Él no escuchó sus sentimientos y sí la voz de Dios.
Otro ejemplo es cuando se busca el sello del Espíritu Santo. Usted ya hizo de todo pero no logra ser bautizado. Quizás se entregó de corazón, pero no de alma. El Espíritu Santo es el propio Dios. Toda Su gloria desciende sobre los que se dan. Ponen todo en el Altar. Pensamientos, sueños y futuro. Esa es la ofrenda que el siervo tiene para con el señor. Dios no vino a traernos prisión. Pero el siervo hace lo que el señor manda. Dios es el Señor, está sobre todo, y Él es Señor solamente de los que Lo sirven. Cuando la persona se entrega en el Altar, allí está su sustento.
Cuando nacemos, somos hijos de papá y mamá, pero cuando nacemos de Dios Le pertenecemos. Nosotros, los de la Universal, hemos puesto toda nuestra vida en el Altar. Existen pastores y esposas de pastores despiertos de madrugada para atender a quien necesita ayuda. Hay programas en vivo y hay programas grabados de madrugada, pero tenemos pastores también en la madrugada, para ayudar a las personas. Es una cuestión de fe.
[related_posts limit=”9″]