La obediencia a Dios y a Su Palabra se alcanza mediante una vida entregada en el Altar. El espíritu excelente solo se alcanza a través de una vida disciplinada y es eso lo que miles de hombres buscan a través del IntelliMen. El pasado sábado 1 de octubre a las 17 h se reunieron en el Templo de la Fe con ese objetivo.
El obispo Djalma habló con los presentes acerca de la disciplina familiar basándose en Juan 5:19-20: “De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente. Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace…”. El obispo resaltó la armonía que hay entre Padre e Hijo: “Miles de hijos crecen sin conocer a sus padres, vivimos la peor crisis social de la historia y lo que ha hecho que se derrumbe la estructura familiar es la ausencia de la figura paterna. Las madres han sido el soporte de la familia porque el padre ha sido irresponsable y no ha cumplido su rol. Cuando el padre no cumple su papel, toda la familia sufre. Mañana usted tendrá su familia y debe comprender que debe tener una estructura para que sus hijos tengan estructura”.
La disciplina familiar es importante, el hombre debe seguir el ejemplo de la relación del Dios Padre con Su Hijo, relación que tiene estas características:
• Dependencia y humildad: Jesús dependía del Padre y reconocía que no podía hacer nada sin Él. Si el hijo es orgulloso, no acepta el consejo de sus padres y quiere hacer las cosas solo, no hay dependencia. Su padre quiere lo mejor para usted y él logra ver las cosas en otro nivel, vale la pena oírlo.
• Referencia: Jesús miraba todo lo que el Padre hacía, para hacer lo mismo. Pocos quieren hacer lo mismo que sus padres. Si el hijo no quiere aprender con su padre, aprenderá con otras personas.
• Obediencia y fidelidad: Jesús hacía lo que mismo que el Padre hacía. Muchos padres les dicen a sus hijos que hagan lo que ellos dicen y no lo que ellos hacen. Si su padre es un buen ejemplo, siga sus pasos.
• Mostrar y no esconder: El Padre le enseña todas las cosas que hace. Ser padre es preparar al hijo para la vida mostrándole a través de su vida y experiencia cómo ser mejor en todo. Ser hijo es ser humilde para aprender y aplicarlo lo antes posible”.
Luego el obispo preguntó al auditorio cuán cerca estaba de la relación explicada en el versículo citado anteriormente y aclaró que para poder contestar esta pregunta es necesario considerar qué comportamiento ha tenido. También hizo una salvedad, “en caso de que su padre no sea un ejemplo o si usted no ha tenido un padre, puede buscar a alguien ejemplar para que sea su figura paterna, un ejemplo a seguir”.
Cuando uno recibe el Espíritu Santo es posible tener esa armonía que Jesús tenía con el Padre y eso se logra a través de una entrega total a Dios. Para finalizar la reunión el obispo oró por aquellos que reconocían que necesitaban cambiar.
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