Nora: “En mi vida había mucho sufrimiento y humillaciones porque al no tener nada, con mi familia comíamos de la basura. Recuerdo que mi esposo iba a los mercados y de los contenedores donde tiraban la basura él sacaba lo mejorcito para que yo lo lavara y le diéramos a los chicos. Habíamos perdido todo debido a un mal negocio que hizo mi esposo y no encontrábamos una manera de salir adelante. Él buscaba generar algunos ingresos juntando latas y cartones, con su carrito salía descalzo y con mis hijos menores, realmente no teníamos nada.
Me embargaron la casa y los muebles, no tenía donde dormir, ni una cocina. La deuda era de unos $500.000, era imposible pagarla. Esta situación me causó depresión, me dolía la cabeza todo el tiempo al punto que me golpeaba la cabeza contra la pared porque no soportaba los dolores, también tenía asma y una úlcera sangrante. Al no comer estaba muy delgada y me desmayaba muy seguido. Y en la familia había peleas, mi esposo estaba depresivo y no quería salir ni bañarse, comenzó con los vicios y mis hijos tenían malas compañías.
Hoy mi vida está bendecida, porque cuando conocí la Universal participé de las reuniones, aprendí a sacrificar en el Altar usando mi fe y mi vida fue cambiando. Cuando llegó la oportunidad de enviar mi pedido al Templo de Salomón, hace un año, generé mi sacrificio. No le negué a Dios lo que me pidió porque creí en Su Palabra y Él no me negó lo que le pedí. Pedí por la conversión de mi esposo y hoy mi familia está restaurada, yo estoy sana, pagamos la deuda, recuperamos la casa embargada, la terminamos, y salimos adelante en el aspecto económico. Tenemos una fábrica de muebles con varios empleados, maquinaria, dos autos de la familia, camionetas para las ventas y motos para los cobradores. Todo fue restaurado, ahora tengo paz, soy la propia bendición”.
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