Mientras más atascada o ansiosa está por algo, peor salen las cosas. Eso termina afectando a otras áreas de su vida. Genera inquietudes, dudas, y el resultado final es la frustración. Eso le puede pasar a cualquiera, pero algunos logran superar las preocupaciones y otros no.
Lea atentamente el versículo abajo: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.”, (Hebreos 11:1).
Practique ese versículo siempre que esté viviendo una situación difícil. No se centre en lo que le está pasando, sino en la palabra de Dios. Así verá que en lugar de la ansiedad y preocupación, la seguridad reinará dentro suyo.
Esto se aplica a todas las áreas de su vida, sea espiritual, sentimental, financiera o familiar.
Sepa esperar, pues, lo que está escrito en la palabra de Dios no vuelve atrás. Pero, ¿cómo tener esa fe, en medio de tantos problemas y adversidades? El Señor Jesús dijo: “Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.”, (Mateo 7:8).
Si cree en esta Palabra, si pide, recogerá, si golpea la puerta se le abrirá y recibirá; no porque lo merezca y sí por usar su fe basada en lo que está escrito. Y si realmente pone en práctica la fe, no se cansará de luchar, sino que permanecerá fiel, porque la fe es la certeza de lo que se espera. Póngala en práctica ahora mismo, defina lo que quiere ver en su vida y tenga la certeza que lo recibirá. La teoría sirve para contar historias, la fe inteligente puesta en práctica cuenta resultados, testimonios.
Fuente: vivianefreitas.com