¿Alguna vez ha convivido con una persona desanimada? Si ha convivido, no debe haber sido una buena experiencia. Es difícil sentirse motivado al lado de una persona desanimada, que critica todo, se queja o no está de acuerdo. Y al contrario, ¿Cómo se sintió al lado de una persona entusiasmada? Probablemente vio la vida con otros ojos y al instante se sintió contagiado.
“La palabra entusiasmo significa ‘Dios dentro de sí mismo’. La persona que entusiasta tiene a Dios en su interior. Por otra parte, la palabra desanimado significa ‘sin espíritu’ o ‘sin vida’”, explica JadsonEdington, autor del libro “50 Tonos para el Éxito”. Y usted ya debe haberse dado cuenta que el éxito es de los entusiasmados.
Para el autor, el entusiasmo y el desánimo comienzan en la mente, en la manera cómo reaccionamos frente a ciertas ocasiones.
Por ejemplo: cuando a usted le sucede algo malo,¿cuál es su primera reacción? ¿Maldice y piensa que nada le sale bien en su vida? O¿busca otra opción para superar eso? Si utiliza su imaginación para cosas buenas, entonces, usted ya se imagina venciendo, conquistando y siendo feliz, sin “mal tiempo”, como dicen.
“Si es desanimado en las pequeñas cosas, será desanimado en las cosas grandes. Si es entusiasmado en las cosas pequeñas, su entusiasmo surgirá en todos los momentos más importantes”, aconseja Edington.
Entusiasmo no es optimismo
Al contrario de lo que muchos piensan, entusiasmo no es optimismo. “El optimismo es animar para que algo salga bien. Por otra parte, el entusiasmo es creer que tiene la capacidad de cambiar cualquier cosa, de vencer cualquier obstáculo”, destaca el autor. Ya sea en el ámbito laboral o en la vida personal, el entusiasmado siempre es exitoso. “El jefe que tiene un empleado entusiasta sabe que de allí saldrán cosas buenas. El empleado que tiene un jefe entusiasta es feliz y se siente seguro. La persona que tiene un compañero de trabajo entusiasta trabaja mejor. Quien tiene un socio entusiasmado en casa termina contagiándose de la energía.”
Cuando usted tiene esas actitudes, es capaz de motivar a un equipo entero de trabajo, a su hijo, a su familia y a todos los que están a su alrededor.
Realice un rápido análisis de las palabras y actitudes que salen de usted y responda con sinceridad: ¿Cómo lo ven las personas que conviven con usted?¿Cómo una persona entusiasmada? ¿O desanimada? Si es la segunda opción, aún hay tiempo para cambiar. Todo depende de usted.
“Siga buscando cosas nuevas, nuevas maneras de mirar el mundo. El entusiasmo debe nutrirse con nuevas actitudes, nuevas aspiraciones, con nuevos esfuerzos y con una nueva visión. Si tenemos a Dios dentro de nosotros, todos se dan cuenta. En su sonrisa, en su alegría, en su fuerza y en sus palabras que contagian. Encienda el interruptor del entusiasmo para mostrar la luz que hay en su interior”, motiva Edington, que también es conferencista del Congreso para el Progreso, el cual se realiza todos los lunes, en el Templo de Salomón. Y para usted que se encuentra en otro lugar de este mundo, verifique la dirección de la Universal más cercana a usted ingresando aquí. [related_posts limit=”15″]